jueves, 2 de junio de 2016

Tina Modotti, una vida frágil (2 de 2)

Tal vez tu corazón oye crecer la rosa



VIII de XVII
Portadas de la revista Irradiador  1 (septiembre de 1923)
Portadas de la revista Irradiador  2  (octubre de 1923)
Portadas de la revista Irradiador  3  (noviembre de 1923)

En su documentada y exhaustiva biografía de Tina Modotti, Margaret Hooks no menciona a Irradiador, Revista de vanguardia. Proyector internacional de nueva estética publicado bajo la dirección de Manuel Maples Arce & Fermín Revueltas, de la que sólo se hicieron tres números correspondientes a septiembre, octubre y noviembre de 1923; pero en cuya portada del tercer número se publicó una foto de Weston, titulada Steel, que es una vista de las chimeneas de la fábrica de Acero Armco, en Middletown, Ohio, que Edward hizo en 1922; cuya serie industrial (en el número 2 de Horizonte, correspondiente a mayo de 1926, se aprecia, fotografiada por Weston, una estructura metálica de tal índole), con algunas imágenes signadas por el cableado eléctrico y telefónico, sin duda influyó en Tina y por ende se refleja en varias de sus tomas industriales, como son los casos del par de imágenes industriales que publicó en el número 4 de Forma y que Margaret Hooks rotula en su antología: Tanque número 1 (1927) y Obrero de la construcción trabajando en las vigas (1927), más Cables telefónicos (1925), según su rótulo, la cual evoca la foto de tendido eléctrico o telefónico de Tina Modotti incluida en el citado número de Horizonte, luego compilada por Germán List Arzubide en su crónica ilustrada: El movimiento estridentista (Ediciones de Horizonte, 1926), donde también se reprodujo la citada portada del tercer número de Irradiador.  
 
Portada de la revista Irradiador  3  (noviembre de 1923)
     
Armco Steel (Ohio, 1922)
Foto: Edward Weston
En Edward Weston (Taschen, 2004)
   
Líneas del tendido telefónico (Middletown, Ohio, 19229
En Edward Weston (Taschen, 2004)
   
Foto de Tina Modotti
Página del número 2 de Horizonte (mayo, 1926)
   


Foto de Edward Weston
Página del número 2 de Horizonte (mayo, 1926)
  Pero en el ámbito de la leyenda y del arbitrario embutido estridentista, Margaret Hooks apunta en la página 82 de su biografía: 
 “Asimismo, Tina se acercó al grupo de jóvenes artistas e intelectuales conocidos como los estridentistas. Ella y Edward ya habían visitado su guarida en el Café de Nadie [el Café Europa en el número 100 de la Avenida Jalisco en la Colonia Roma de la Ciudad de México], y seis fotografías de Weston formaron parte de una exposición organizada ahí en abril [al parecer se refiere a ‘la primera exposición estridentista en el Café de Nadie’, celebrada el sábado 12 de abril de 1924]. Ésta reunió máscaras caricaturescas talladas por Germán Cueto y pinturas y grabados de Charlot, Rafael Sala y Fermín Revueltas, un joven artista alcohólico que había estudiado en el Instituto de Arte de Chicago [en realidad sólo tomó ‘clases de pintura y escultura, pero sin matricularse en ninguna universidad o instituto’, según apunta Carla Zurián en Fermín Revueltas, constructor de espacios (RM/MMDR/INBA, 2002], y el aún más joven Leopoldo Méndez, ‘el último de los dandies auténticos’, quien había estudiado en la Escuela de Pintura al Aire Libre de Coyoacán cuando Robo la visitó.
 
Detalle de Actual  1. Hoja de Vanguardia (cartel)
Primer manifesto de Manuel Maples Arce que inició el estridentismo
Ciudad de México, diciembre de 1921
     

   
Ramón Alva de la Canal, Germán List Arzubide, Manuel Maples Arce,
Arqueles Vela y Leopoldo Méndez.
Xalapa, 1926
   
Germán Cueto
Escaleras del Parque Juárez
Xalapa, 1927
   
Germán List Arzubide
Escaleras del Parque Juárez
Xalapa, 1927
   
Germán List Arzubide y Arqueles Vela
Escaleras del Parque Juárez
Xalapa, c. 1926
          “Los estridentistas estaban dirigidos por Manuel Maples Arce, un apuesto y pícaro veracruzano [pero nativo de Papantla] que usaba un clavel en la solapa, recorría la ciudad en motocicleta y había comenzado su carrera literaria declamando versos provocativos en la concurrida pista de baile de un casino popular [en realidad: Rag. Tintas de abanico (Veracruz, 1920), fue su primera plaquette]. Otro fundador del movimiento era el larguirucho Germán List Arzubide, escritor y activista radical, cuya enorme sonrisa había inspirado una de las máscaras de Cueto [en realidad fueron varias máscaras]. Otros escritores del grupo incluían al diplomático Luis Quintanilla, quien abreviada su apellido de manera fonética: Kin Taniya. En una ocasión, Maples Arce describió nebulosamente la estética del grupo como ‘una teoría de imágenes... controlada por medio de la geometría espacial y uno de sus libros se llamaba Andamios interiores [aquí Margaret Hooks no se equivocó].
Avión (Cvltvra, 1923)
Poemario de Kyn Taniya (Luis Quintanilla)
       
Radio poema inalámbrico en trece mensajes (Cvltvra, 1924)
Poemario de Kyn Taniya (Luis Quintanilla)
   
Vrbe. Súper-poema bolchevique en 5 cantos (Botas e Hijos, 1924)
Poemario de Manuel Maples Arce
Portada: Jean Charlot
        “Los estridentistas también ponían énfasis en lo urbano, la máquina y el futurismo, pero sobre todo eran maestros de la ‘declaración’, lo más extravagante, provocativa y radical que fuera posible. Afectos a lemas impactantes; su favorito era ‘¡Chopin a la silla eléctrica!’ [que Manuel Maples Arce acuñó en solitario al escribir y fijar a fines de diciembre de 1921, en muros del centro de la capital del país, el cartel Actual Nº 1. Hoja de Vanguardia, su primer manifiesto estridentista y el primero de tal vanguardia]. En alguna ocasión publicaron un anuncio en un periódico de la ciudad de México para anunciar una barata de mujeres ‘último modelo’, que incluía:

“Pintoresca mujer para viajar... Antes $500, ahora $250.
“Suntuosa mujer para una velada... Antes $290, ahora $145.
    “Y la más cara, mujer estridentista... Antes $10 000, ahora $5 000.” 
   
Página 68 de El movimiento estridentista (FEM, 1982)
        Fragmento del anuncio (publicado en El Universal Ilustrado el 12 de noviembre de 1925, según cita) que remite al cartel, comprimido en un recuadro con más “ofertas de mujeres”, que Germán List Arzubide incluyó en la página 68 de su susodicha crónica ilustrada: El movimiento estridentista, según se puede ver y leer en la edición facsimilar impresa en julio de 1982 con el número 9 de la serie Biblioteca Selecta ALFEM, editada por la Federación Editorial Mexicana, cuya portada está ilustrada con buena parte de la estampa de Ramón Alva de la Canal, quien solía firmar “RAC”, y que en el interior del libro inicia la edición príncipe de 1926.



Germán List Arzubide hojeando la edición facsimilar de su libro
El movimiento estridentista (FEM, 1982)
Foto: Rogelio Cuéllar
Grabado a dos tintas de Ramón Alva de la Canal (RAC)
Interior de El movimiento estridentista (Ediciones de Horizonte, 1926)
El movimiento estridentista (Ediciones de Horizonte, Xalapa, 1926)
Crónica ilustrada de Germán List Arzubide
Diseño de portada: Ramón Alva de la Canal


IX de XVII
En la p. 154 de Tina Modotti, una vida frágil  (FCE, 1993)

        Y en el ámbito de la leyenda, la historia y las contradicciones, en la página 137 de su biografía, Margaret Hooks dice que Tina Modotti “fotografío un memorable acontecimiento para el Comité Manos Fuera de Nicaragua: la entrega de una bandera estadounidense capturada por las tropas de [Augusto César] Sandino [cuando en 1927 se sucedió ‘la invasión de Estados Unidos a Nicaragua’].” “Más tarde [dice], Germán List Arzubide, en su viaje para asistir a una conferencia antiimperialista en Alemania, pasó de contrabando la bandera por las aduanas estadounidenses: la llevaba enrollada en el cuerpo bajo la ropa.” Pero en el pie de foto de la imagen de Tina Modotti que exhibe en la misma página 137, Margaret Hooks apuntó otra cosa aún más heroica: “Comité Manos Fuera de Nicaragua con la bandera estadounidense capturada por Sandino, 1928”.
     
Comité Manos Fuera de Nicaragua con la bandera estadounidense capturada por Sandino (1928)
Foto y pie en la p. 137 de 
Tina Modotti. Fotógrafa y revolucionaria (Plaza & Janés, 1998)
      Lo cual haría las delicias de Christiane Barckhausen-Canale, corresponsal de la RDA en la beligerante Nicaragua de los años 80 del siglo XX y “solidaria con el pueblo de Sandino”. Pues además de que en ese país centroamericano tuvo noticia, en 1982, de la existencia de Tina Modotti al leer en una revista “un breve artículo sobre la vida de una fotógrafa italiana que perteneció en los años veinte, al comité mexicano ‘Manos fuera de Nicaragua’”, en la página 168 de Verdad y leyenda de Tina Modotti, su citada biografía, exhibe una foto cuyo pie reza: “Fig. 54 Germán List Arzubide entrega la bandera conquistada por Sandino a los participantes del Congreso Antimperialista en Francfort del Meno, en 1929.” 

   
Página 168 de Verdad y leyenda de Tina Modotti (Casa de las Américas, 1989)
      Pero el militante que en la foto sostiene la bandera de las barras y las estrellas no es o no parece ser el poeta estridentista Germán List Arzubide, a quien Tina Modotti sí retrató de frente: cabizbajo y mostrando el cabello crespo y con el volumen que lo distingue en las conocidas fotos de los estridentistas en Xalapa hacia 1926 e incluso en un retrato dibujístico trazado por Jean Charlot en 1923 y en una foto anónima publicada en El Universal Ilustrado el 6 de diciembre de 1923 junto a varios de sus poemas. 



Germán List Arzubide (c. 1925)
Foto: Tina Modotti

     
Germán List Arzubide (1923)
Dibujo de Jean Charlot
       
Germán List Arzubide en la Página de los Libros Nuevos
El Universal Ilustrado (diciembre 6 de 1923)
     
Germán List Arzubide y Germán Cueto con una máscara en la rodilla (1926)
         Esto remite al yerro que se observa en la página 116 de la biografía de Christiane Barckhausen-Canale, donde se ve una foto cuyo pie reza: “Fig. 32 Tina Modotti: Moreno con su hija Francisca, 1925.” Pues a priori se ve que el tal “Moreno” no es otro que Xavier Guerrero, cuyo rostro es idéntico al rostro que se ve en la foto que la misma biógrafa muestra en la página 125 con el pie: “Fig. 36 Edward Weston: Xavier Guerrero.” Retrato de tres cuartos, difuminado y pictorialista, que Weston realizó en Los Ángeles, en diciembre de 1922, cuando Xavier Guerrero se encontraba allí con motivo de la muestra de arte popular mexicano y pintura moderna, organizada por él, “director artístico”, y Adolfo Best Maugart, “jefe del proyecto”, y que fue el período en que Tina lo conoció, al parecer a principios de 1923. 

     
En la p. 116 de Verdad y leyenda de Tina Modotti (Casa de las Américas, 1989)
       
En la p. 125 de Verdad y leyenda de Tina Modotti (Casa de las Américas, 1989)
     
Xavier Guerrero en la exposición de arte popular mexicano (Los Ángeles, 1922)
En la p. 59 de Tina Modotti. Fotógrafa y revolucionaria (Plaza & Janés, 1998)
     (Vale añadir que con la técnica pictorialista, que Weston aún practicaba, también hizo varios retratos con Tina Modotti de modelo y un retrato de Ricardo Gómez Robelo). 

   
El lirio blanco  (1921)
Modelo: Tina Modotti
Foto: Edward Weston
     

       
Ricardo Gómez Robelo (1921)
Foto: Edward Weston
       
Tina Modotti
Foto: Edward Weston
          Y pese a que en la página 115 Christiane exhibe una difusa imagen que le atribuye a la fotógrafa italiana con el pie: “Fig. 31 Tina Modotti: Vladimir Mayakovski y el comunista mexicano Francisco Moreno”, en la que se logra entrever que éste no se parece al susodicho “Moreno” que dizque posa “con su hija Francisca”, en la misma página 116 apunta que el historiador Humberto “Monteón confirma que la foto de Mayakovski y Moreno fue tomada por Tina. Él me da una foto que muestra a Moreno con su hija Francisca, esta foto también fue hecha por Tina. Monteón debe saber lo que dice: ¡Francisca Moreno es su suegra!” 




En la p. 115 de Verdad y leyenda de Tina Modotti (Casa de las Américas, 1989)
     
Xavier Guerrero y Francisca Moreno (1927)
Foto: Tina Modotti
En la p. 135 de Tina Modotti. Fotógrafa y revolucionaria (Plaza & Janés, 1998)
     
Francisca Moreno (1927)
Foto: Tina Modotti
Ídem, p. 134
     Hay que señalar, no obstante, que tal error de Christiane Barckhausen-Canale, Margaret Hooks lo enmienda exhibiendo el mismo retrato en la página 135 de su biografía, en cuyo pie se lee: “Xavier Guerrero y Francisca Moreno, 1927”; de quienes apunta dos páginas antes: “Poco tiempo después del asesinato de Francisco J. Moreno, un comunista miembro de la legislatura de Veracruz, Xavier Guerrero y su hermana Elisa se ocuparon de la hija de aquél, Francisca, que tenía ocho años. La niña estudiaba en un internado comunista en la paupérrima colonia de la Bolsa y pasaba los fines de semana en casa con Elisa, Xavier y Tina, quienes jugaban con ella y la paseaban. Al igual que Tina cuando era pequeña, Francisca contrajo tifoidea y fue necesario cortarle el cabello. En esa época, Tina le hizo dos retratos. En uno mira directamente a la cámara [se ve en la página 134], con un vestido abotonado en el cuello, donde exhibe la estrella de los Precursores de la Juventud Comunista [cuya logo de la hoz y martillo apenas se logra apreciar], enviada desde Moscú a la muerte de su padre. En la otra, se halla sentada junto a Xavier en el sofá del departamento de Tina.” Y es, sin duda, un ejemplo de su talento en la vertiente del retrato de personas y personajes, de cuyo disperso acervo, en no pocos casos desconocido, valdría la pena conformar un volumen, prologado y anotado.


X de XVII
Pero en el ámbito de las imprecisiones y contradicciones, en la página 178 de su biografía, Margaret Hooks, al bosquejar el viaje que Tina Modotti hizo en 1929 a Juchitán y a la región del Istmo de Tehuantepec, dice: “Las mujeres ejercieron tal fascinación sobre Tina, que el único hombre que fotografió aparece entre una multitud, durante un festival en Juchitán”. Aseveración que la misma biógrafa desmiente en la página 182 de su libro, pues incluyó una foto de Tina con el rótulo: Fiesta de Juchitán, en cuya vista (que no llega a ser panorámica) se advierte una multitud de hombres entre las mujeres juchitecas (con sus tradicionales huipiles y enaguas largas). 
   
Fiesta de Juchitán (1929)
Foto: Tina Modotti
       Lo cual remite al hecho de que en su antología de fotos de Tina Modotti, a una imagen datada en 1929, en Tehuantepec, donde frontalmente se ve de medio cuerpo a una juchiteca de huipil sosteniendo en la cabeza lo que parece ser una enorme sandía o quizá sea una enorme chilacayota, ella la tituló: Joven llevando una calabaza; pero si en realidad se trata de la variedad de calabaza (blanca en el interior) que se da y cultiva en la región, entonces la debió haber titulado con el nombre que se le da por allá: Juchiteca llevando una chilacayota



Joven llevando una calabaza (Tehuantepec, 1929)
En Tina Modotti (Phaidon, 2005)

XI de XVII
Y en la página 156 de su biografía, al esbozar las reuniones que en 1928 se sucedían en el departamento de Tina Modotti en el quinto piso del Edificio Zamora (apodado en broma la Torre de Pisa) ubicado en el número 31 de la calle de Abraham González, cuando ya lo compartía con Julio Antonio Mella, dice: “Entre los estudiantes [de derecho] amigos de Julio que comenzaron a frecuentar el departamento de Tina y las fiestas, se encontraban Alejandro Gómez Arias y Germán de Campo. Fue a través de la amistad de Germán con Mella como Tina conoció a la antigua novia de Gómez Arias, una joven pintora que ya era famosa por su precocidad y su desdén hacia las convenciones: Frida Kahlo, entonces de 23 años.” Pero además de que en 1928 no era tan célebre ni tan iconoclasta, y como bien lo saben los lectores y los biógrafos de Frida Kahlo, ésta nació el 6 de julio de 1907 en la Villa de Coyoacán, no obstante decía haber nacido en 1910; o sea, en los meses en que Mella vivió en Abraham González, Frida tenía 21 años y no 23, pero debió haber dicho que tenía 18 años. Esto puede deducirse por lo que se lee en un mínimo pasaje de la carta que Tina Modotti le envió a Edward Weston, datada el 17 de septiembre de 1929 (reunida en el citado acopio de Antonio Saborit), en cuya postdata del día siguiente le comenta la expulsión de Diego Rivera del PCM (causa de su distanciamiento del pintor, pese a que era su amigo y a que en enero de ese año públicamente y en el juzgado la había defendido ante los insultos, difamaciones y humillaciones de que fue objeto en el juicio y en la prensa tras el asesinato de Mella) y le da noticia de su boda con Frida, sucedida el 21 de agosto de 1929 en el juzgado del cabildo de Coyoacán: “[...] ¿No te había dicho que Diego se casó? Eso iba a hacer. Una muchacha encantadora de diecinueve años, de padre alemán y madre mexicana; pintora. ¡A VER QUÉ SALE! Su nueva dirección es: Paseo de la Reforma 104 […]”


Las camaradas Tina Modotti y Frida Kahlo
México, c. 1928
En 
Frida Kahlo. Sus fotos (RM, 2010)



XII de XVII
Y entre otros lapsus que plagan su erudita biografía de Tina Modotti, en la página 34 Margaret Hooks cita unas palabras que le adjudica al dizque “crítico de arte mexicano Loló de la Torriente” que trazan una sensual e idealizada imagen “de Tina en Hollywood”, donde actuó en tres filmes silentes que pasaron sin mayor pena ni gloria y que los biógrafos e historiadores suelen citar porque en ellos actuó Tina: The Tiger’ Coat (1920), Riding with Death (1921) y I can explain (1922). Según Margaret Hooks: “Las primeras fotografías de Tina en Hollywood la muestran calmada y serena ante la cámara. Apenas tenía veintitantos años y ya presentaba huellas de ‘la magnificencia y nobleza’ que se convertirían en su sello personal. Acaparaba la atención al ir de una audición a otra. Años más tarde, el crítico de arte mexicano Loló de la Torriente todavía la recordaba en forma vívida en aquellos primeros años como: ‘no muy alta, con un cuerpo flexible y bien formado, suaves curvas, un rostro expresivo con frente amplia, ardientes ojos oscuros, boca sensual y cabello color ciruela... Sus movimientos eran lentos y armoniosos. Tenía una suave voz y una mirada vivaz y tierna: todo en ella era natural.’” 
     
Loló de la Torriente
    Pero Loló de la Torriente no era hombre ni mexicano, sino una mujer nacida el 22 de agosto de 1906 en Manzanillo, Cuba, que llegó a México en marzo de 1937, donde vivió 14 años y donde fue una activa periodista (en el Novedades y en La Prensa) que ahondó en la obra de los muralistas y de otros artistas plásticos; y además de que no conoció personalmente a Tina Modotti y por ende nunca oyó su voz, entre sus libros descuellan, para el caso, el par de tomos titulados Memoria y razón de Diego Rivera (Editorial Renacimiento, 1959), cuyo contenido memorioso y biográfico urdió a partir de entrevistas, conversaciones y convivencias con el pintor. “Friduchín, esta es Loloska, la cubanita”, le dijo Diego Rivera a Frida Kahlo la primera vez que la llevó a la Casa Azul de Coyoacán, según recuerda Loló de la Torriente en la página 480 de su póstumo: Testimonio desde dentro (Editorial Letras Cubanas, 1985), revisión y ampliación de su libro de memorias: Mi casa en la tierra (La Habana, 1956).


                                                                  XIII de XVII
En su antología de fotos de Tina Modotti, Margaret Hooks denomina Tierra Virgen La tierra dormida (1926), susodicho mural al fresco que Diego Rivera pintó, con Tina Modotti de modelo desnuda, encima del arco del salón de actos de la entonces Escuela Nacional de Agricultura de la Universidad de Chapingo. 

La tierra dormida (detalle), fresco de Diego Rivera
Foto: Tina Modotti
En 
Tina Modotti y el muralismo mexicano (IIE/UNAM, 1999)
La tierra dormida (detalle), fresco de Diego Rivera en la 
Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo
Modelo: Tina Modotti

En Tina Modotti, una vida frágil  (FCE, 1993)
La tierra dormida (detalle), fresco de Diego Rivera
Foto: Tina Modotti
En 
Tina Modotti y el muralismo mexicano (IIE/UNAM, 1999)
Germinación (detalle), fresco de Diego Rivera en la
Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo
Modelo: Tina Modotti

En Tina Modotti, una vida frágil  (FCE, 1993)

        La foto titulada Alcatraces (c. 1925) en la página 103 de su biografía de Tina, aparece en su antología con el rótulo Lirios calla (1925) —con doble ele—, lo cual no es acertado, pues en el contexto mexicano donde fue concebida (y en cuyo nacionalismo iconográfico en boga Diego Rivera tornó celebérrimas) se trata de alcatraces. 
       
Lirios calla (1925)
Foto: Tina Modotti

En Tina Modotti (Phaidon, 2005)
        Dice en su antología de fotos de Tina, que Antonieta Rivas Mercado (la rica mecenas que aún con 30 años de edad se suicidó el 11 de febrero de 1931 en la Catedral de Notre Dame, en París, con la pistola de José Vasconcelos) “Era miembro del grupo llamado Contemporáneos, formado por artistas y escritores que no estaban encuadrados en la izquierda, a diferencia de la mayoría de los artistas con los que Modotti confraternizaba. No obstante, sus fotografías se publicaron en la prestigiosa revista del grupo, que tenía su mismo nombre, y ella fue la fotógrafa elegida cuando hubo que ilustrar su obra.” 

     
Antonieta Rivas Mercado (1929)
En Tina Modotti (Phaidon, 2005)
        Cosa que erróneamente también afirma en la página 188 de su biografía. Pues si bien Antonieta Rivas Mercado subsidió la edición de los 6 números de la revista Ulises (1927-1928), coeditada por Salvador Novo y Xavier Villaurrutia —en el número 5, además, publicó una nota crítica sobre En torno a nosotras (Editorial Páez, 1927), libro de la española Margarita Nelken— y puso un salón de una casona de su propiedad para que allí se exhibieran los montajes escénicos del llamado Teatro de Ulises (1928), ella no perteneció al grupo Contemporáneos, ni Tina Modotti fue “la fotógrafa elegida cuando hubo que ilustrar” la obra de éstos (pese a que haya retratado a Novo y a que Villaurrutia en un minúsculo artículo, publicado en la revista Revolución, haya elogiado su muestra montada en diciembre de 1929 en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional de la UNAM), ni tampoco publicó una foto en la revista Ulises ni en la revista Contemporáneos (1928-1931); esto se puede cotejar revisando las ediciones facsimilares editadas por el FCE, la primera en 1980 y la segunda en 1981, donde se observa que Edward Weston sí publicó en Contemporáneos, pero sólo una vez: tres fotos en el número 40-41, correspondiente a septiembre-octubre de 1931, cuando ya Tina Modotti, a partir de octubre de 1930, estaba entregada de lleno a sus tareas, preparativos y misiones estalinistas y clandestinas orquestadas en Moscú, y desde Moscú, por el Komintern y el Socorro Sojo Internacional. 


Foto de Edward Weston en el núm. 40-41 de la
revista Contemporáneos (sep-oct, 1931)
Foto de Edward Weston en el núm. 40-41 de la
revista Contemporáneos (sep-oct, 1931)
Foto de Edward Weston en el núm. 40-41 de la
revista Contemporáneos (sep-oct, 1931)
Papel de estaño, grutas (1926)
Foto: Tina Modotti


XIV de XVII
En su antología de fotos de Tina, Margaret Hooks dice que “En 1926, Modotti —y en cierta medida también Weston— emprendió un proyecto de documentación del arte religioso y folclórico de México para el libro de la escritora norteamericana Anita Brenner titulado Ídolos tras los altares.” 
     
Anita Brenner (1926)
Foto: Tina Modotti
En A
nita Brenner. Visión de una época (RM, 2006)
       Pero Anita Brenner, hija de Paula e Isidoro Brenner, emigrantes judíos oriundos de Riga, Letonia, y pese a su fluido inglés y a que entre 1916 y 1923 vivió en San Antonio, Texas, no era gringa sino mexicana de nacimiento: “nació el 13 de agosto de 1905 en Aguascalientes”, apunta Alicia Azuela en “Ídolos tras los altares, piedra angular del renacimiento artístico mexicano”, su ensayo incluido en el libro-catálogo Anita Brenner. Visión de una época (RM, 2006). Y para lo que a la postre se convirtió en su celebérrimo libro Ídolos tras los altares (publicado en inglés, en 1929, en Nueva York, por Payson & Clarke LTD, luego de que en Estados Unidos infructuosamente deambuló por varias editoriales para que le publicaran “su manuscrito titulado Mexican Renaissacense” y “el catálogo [de fotos] Mexican Decorative Arts”, originalmente concebido para la Universidad Nacional de México, con “más de cuatrocientas fotografías” hechas por Weston y Tina), Anita Brenner, en 1926, en México, sólo ofició para que se contratara a Edward Weston en su proyecto de “formar un catálogo de arte mexicano que el rector de la Universidad [Nacional de México], Alfonso Pruneda, subsidió”. Es decir, según esboza la propia Margaret Hooks en la página 123 de su biografía, no Tina, sino “Edward fue el responsable de firmar el contrato y de realizar la mayor parte de las fotografías” publicadas en Ídolos tras los altares, quien se empeñó en que lo acompañara su hijo Brett durante los cuatro meses que duraron los dificultosos viajes por el interior del país y en que Tina colaborara con él en la documentación fotográfica; cuyo intríngulis, ríspido para la pareja de fotógrafos, al parecer incidió en que dejaran de vivir juntos en el departamento que compartían desde mediados de 1924 en el edificio de la Avenida Veracruz 42 en la Colonia Condesa, apodado El barco, y a la postre implicó que en el libro de Anita Brenner fuera “difícil determinar con precisión la autoría de cada foto, pues no se acompañaron de los respectivos créditos”. 

   
Pescado (1926)
Foto: Tina Modotti y Edward Weston

En Anita Brenner. Visión de una época (RM, 2006)
     
Árbol y petate (1926)
Foto: Tina Modotti y Edward Weston
En Anita Brenner. Visión de una época (RM, 2006)
       Aseveración que Margaret Hooks apuntala citando una declaración de Anita Brenner hecha años después: “Tina y Edward realizaron gran parte del trabajo al alimón, por ende, sería imposible decir realmente cuáles fotografías son de cada quién.” No obstante, según apunta Margaret Hooks entra las páginas 123 y 124 de su biografía, “la participación de Tina, en términos prácticos como estéticos, fue esencial para el éxito del proyecto. Sirvió de traductora y ‘mediadora’, besando las ‘grasosas manos de lascivos sacerdotes’ para fotografiar iglesias y esculturas religiosas, en una época de especial tensión en las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Su fluido español le permitió hacerse pasar por mexicana, de tal suerte que sorteó problemas y regateó los precios de casi cualquier cosa. También descubrió objetos de arte para fotografiar, en los que Weston no había reparado. Más aún, Weston opinó que no habría podido realizar el proyecto sin la ayuda imprescindible de Tina, quien, por si fuera poco, tomó muchas fotografías, algunas de las cuales aparecieron en el libro.”



La Palanca (1926)
Foto: Tina Modotti y Edward Weston
En Anita Brenner. Visión de una época (RM, 2006)



XV de XVII
Según dice Margaret Hooks en el “Prefacio” de su multicitada biografía, “la literatura sobre Tina Modotti está plagada de gran cantidad de mitos y falsas interpretaciones, rumores, insinuaciones o, sencillamente, información errónea. Perpetuar el cuento simplista de la joven inmigrante, convertida en ‘estrellita’ de Hollywood, fotógrafa y femme fatale ha contribuido a opacar la vida de esta sorprendente mujer. Mi intención ha sido desmitificar a Modotti, la leyenda, rescatarla de las sombras de sus amantes y ubicar la mujer y a la artista en el centro de su propia historia.”
Tina Modotti y Vittorio Vidali con una pareja no identificada (México, 1940)
En Tina Modotto, una vida frágil  (FCE, 1996)
          Ante tal sonora declaración de principios y propósitos, vale objetar, reiterar y subrayar que sus logros son relativos, pues además de que el vínculo de Tina Modotti y Vittorio Vidali está imbuido de leyenda y de zonas nebulosas y oscuras y de negros entresijos aún inexplorados, su biografía y su citada antología de fotos, por lo visto, no están exentas de información errónea y parcial, lo cual ineludiblemente incide en la leyenda, mitificación y mistificación no sólo de Tina Modotti (intríngulis y bemoles en los que Elena Poniatowska incurre sobremanera en su novela). 

     
Ricardo Gómez Robelo (1884-1924)
Dibujo de Robo para Sátiros y amores (Los Ángeles, 1920)
       Por ejemplo, pese a que en la bibliografía de su biografía enlista los citados acopios de Serge I. Zaïzeff y de Antonio Saborit, quienes sostienen que Ricardo Gómez Robelo llegó a ser Procurador General de la Nación durante el breve régimen del general golpista y genocida Victoriano Huerta —presidente de México entre el 19 de febrero de 1913 y el 15 de julio de 1914—, Margaret Hooks, en la página 37 de su biografía, dice que Ricardo Gómez Robelo, exiliado en Estados Unidos, “había sido procurador general de México durante el gobierno porfirista”, lo cual implica y revela una gran laguna en su conocimiento de la historia de la Revolución Mexicana.  



XVI de XVII
Nahui Olin (1924)
Foto: Antonio Garduño
Nahui Olin (1924)
Foto: Antonio Garduño  
Nahui Olin (1924)
Foto: Antonio Garduño 

Y en la página 139 de su biógrafa, donde Margaret Hooks está glosando el año 1927 en México, alude el supuesto “nuevo libro de Nahui Olín, que exhibía en la portada un sorprendente retrato tomado por Weston”, que dizque Tina le envió a éste por correo. Esto remite al hecho de que en la página 152 del acopio Tina Modotti. Una mujer sin país inicia una carta a Weston, datada el 19 de marzo de 1927, donde ella le dice: “Me acabo de comprar el libro de Nahui Olín —lo voy a envolver y la próxima vez que vaya al centro te lo mando— Cuesta dos pesos.” Pero la afirmación de Margaret Hooks es totalmente falsa, pues el libro que refiere no existió ni existe. Si bien es cierto y muy consabido que Edward Weston realizó, con Nahui Olin de modelo, soberbias fotografías vanguardistas y Nahui lo retrató al óleo sobre cartón (s/f), ninguna foto de él ilustró la portada de alguno de los libros de ella. 
     
Nahui Olin (c. 1924)
Foto: Edward Weston
     
Edward Weston
Óleo sobre cartón (s/f) de Nahui Olin
     

   
(MEDR/INBA, México, 1992)
En la portada: Nahui Olin (Carmen Mondragón)
Foto anónima quizá de Tina Modotti
       Esto se puede cotejar en la bibliografía del libro-catálogo Nahui Olin, una mujer de los tiempos modernos (MEDR/INBA, 1992), donde se lee que en 1927 publicó el folleto Nahui Olin, edición de autor, impreso en la Imprenta Mundial, con “Diseño de la portada y viñetas de Nahui Olin”; librito que es una autobiográfica y personal declaración de principios anarco-feministas en ciernes, cuyo contenido figura transcrito y comprimido en la página 92 del citado libro-catálogo, ilustrado allí con la portada de su poemario A dix ans sur mon pupitre (Editorial Cvltvra, México, 1924), cuyo diseño de portada, donde trazó su rostro, es de la propia autora. 

     
A dix ans sur mon pupitre (Editorial Cvltvra, México, 1924)
Poemario y diseño de portada de Nahui Olin
         
Foto anónima de Nahui Olin en el interior de
A dix ans sur mon pupitre (Editorial Cvltvra, México, 1924)
      Antes de éste, Nahui Olin (cuyo nombre real era Carmen Mondragón) sólo publicó otros dos poemarios (obviamente sin ninguna foto de Weston): Óptica cerebral. Poemas dinámicos (Ediciones México Moderno, 1922), cuya carátula y policromía del interior fueron “hechas por el Dr. Atl [Gerardo Murillo] directamente al esténcil sobre cada volumen”; y Calinement, je suis dedans (Editor Librería Guillot, México, 1923), con diseño de portada del Dr. Atl. Casi resulta tautológico añadir que en el par de ediciones del último librito de Nahui Olin: Energía cósmica (una de hacia 1936 y la otra de 1937, ésta impresa por Botas Editor), tampoco figuró un retrato de ella hecho por Weston. 

   
Óptica cerebral. Poemas dinámicos (Ediciones México Moderno, 1922)
Poemario de Nahui Olin
Diseño de portada: Dr. Atl
     
Calinement, je suis dedans (Editor Librería Guillot, México, 1923)
Poemario de Nahui Olin
Diseño de portada: Dr. Atl
     
Energía cósmica (Botas Editor, México, 1937
Libro y portada de Nahui Olin
   

         Vale agregar y observar que cuando en la página 76 de su biografía, Margaret Hooks bosqueja la exposición de Weston en Aztec Land, montada en octubre de 1923 —que fue la primera que hizo en México de cuerpo presente—, al referirse a la asistencia del Dr. Atl y de Nahui Olin no elude las pintorescas leyendas: “Un día, apareció un extraño hombrecito de edad madura acompañado de su amante de belleza arrebatadora, y Tina y Edward conocieron al Dr. Atl y a Nahui Olín. Tales eran los nombres aztecas que habían adoptado Gerardo Murillo y Carmen Mondragón, dos pintores que vivían en [la azotea de] un antiguo convento [el histórico ex Convento de la Merced] donde se entregaban a un desenfrenado abandono sexual, para escándalo de los vecinos. Él era reconocido como el autor del rescate de arte popular [había publicado dos volúmenes titulados Las artes populares en México (Cvltvra, 1921), reeditados en 1922 por la Secretaría de Industria y Comercio] y vulcanólogo apasionado. Ella era hija de un famoso general [el general Manuel Mondragón, conspicuo durante la Decena Trágica]; contrajo matrimonio y luego se separó del pintor Manuel Rodríguez Lozano, alegando que era homosexual. Corrían rumores de que ella casi había enloquecido después de asfixiar, deliberadamente o no, a su hija, al arroparla en la cama. El hecho es que era pintora consumada con destellos de brillantez; había posado para el mural La creación [1922-1923], de Rivera [donde le dio rostro a la Poesía], y era miembro del naciente movimiento feminista de México.” 
   
El Dr. Atl y Nahui Olin
Caricatura atribuida a Matías Santoyo

En Nahui Olin, una mujer de los tiempos modernos (MEDR/INBA, 1992)
        Pero en octubre de 1923 Nahui Olin, con dos libritos publicados, sólo era una poeta en ciernes (que a la postre no trascendió) y una magnética pintora naïf (y siempre lo fue), y por ende la biógrafa yerra cuando dice que “era pintora y escritora consumada con destellos de brillantez” y cuando afirma que “era miembro del naciente movimiento feminista de México”, pues pese a su liberalidad sexual, a su desinhibición para posar desnuda y a sus ideas feministas que resumiría (con un dejo anarquista) en el citado folleto Nahui Olin (1927), no militaba ni militó en ninguna agrupación sufragista o feminista a ultranza. 



Nahui Olin (1924)
Foto: Antonio Garduño 



XVII de XVII
En Tina Modotti, una vida frágil son muy breves los capítulos en los que Mildred Constantine aborda el paso o la estancia de su biografiada en Holanda, Berlín, la URSS, París, la España republicana en plena Guerra Civil y su asilo final en México. Aún así, el conjunto es un bosquejo de su vida, de su belleza física, de su sensibilidad y carácter afectivo, de su itinerario amoroso y erótico, de su sentido fotográfico y social, de sus ideario y militancia, e incluso de lo que pensó ante determinadas vivencias, sobre sus fotos y la contradicción que, según la propia Tina, llegó a vivir entre el trabajo con la cámara y su activismo político-revolucionario.   
       
(FCE, México, 1996))
Detalle de portada
Foto de Edward Weston: Tina Modotti (Los Ángeles, 1921)
        Quizá no molesten los errorcillos o ciertas lagunas y omisiones de Mildred Constantine: el vínculo de Tina con los estridentistas y sus publicaciones, por ejemplo; o la intrincada madeja político-policíaca que encubrió a los verdaderos responsables y ejecutores del asesinato de Julio Antonio Mella cuando aún no cumplía 26 años; o el trasfondo político de su expulsión de México en febrero de 1930 y el de su regreso a tal país después de la Guerra Civil Española y no a Moscú, cuartel general del estalinismo y epicentro de sus operaciones secretas y encubiertas al servicio del Komintern, de la GPU y del SRI; o su estancia en París, en la URSS, y el borroso período durante la Guerra Civil Española (del que Christiane Barckhausen-Canale brinda testimonios, documentos, leyendas, indicios, elogios e imágenes). Ni ciertas notorias y sorprendentes imprecisiones en una biógrafa con un rutilante doctorado; por ejemplo, en la página 96 dice que Xavier Guerrero “había estado trabajando con Siqueiros y Rivera en el periódico El Machete desde 1922 y colaborado con Rivera en los frescos de Chapingo”, pero éstos los inició en 1923 y el número uno de El Machete se imprimió en marzo de 1924 en calidad de órgano del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores de México, constituido entre septiembre y diciembre de 1922 —según dice Jean Charlot en la página 280 de su citado libro sobre el muralismo—, cuyo manifiesto, lanzado el 9 de diciembre de 1923 tras la rebelión de Adolfo de la Huerta en pos de la silla del águila y de la presidencia de la república, fue escrito por Siqueiros y además de él, lo firmaron Diego Rivera, Xavier Guerrero, Fermín Revueltas, Germán Cueto, José Clemente Orozco, Ramón Alva Guadarrama y Carlos Mérida, mismo que se editó “en el número 7 de El Machete, en la segunda quincena de junio de 1924”; el cual se puede leer en Palabras de Siqueiros (FCE, 1996), compilación de textos del pintor, prologada y anotada por Raquel Tibol. 

     
(FCE, México, 1996)
En la portada:
Detalle de Autorretrato con espejo (1938)

Piroxilina sobre baquelita de David Alfaro Siqueiros
       Y en la página 59, al bosquejar la efervescencia política, cultural y reivindicativa del movimiento nacionalista de los años 20 en México, Mildred Constantine dice que las mujeres “Ganaron el derecho al voto”, siendo que éste, federal y constitucionalmente sólo se otorgó hasta el 17 de octubre de 1953 con la reforma al artículo 34 de la Constitución, durante el régimen del contador Adolfo Ruiz Cortines, presidente de México entre el 1º de diciembre de 1952 y el 30 de noviembre 30 de 1958, mandatario emanado del hegemónico, autoritario, antidemocrático y corrompido PRI (Partido Revolucionario Institucional). 

Craso error de Mildred Constantine en la página 117 de su biografía
Tina Modotti, una vida frágil (FCE, 1993)
       Para sorpresa y desconcierto del peregrino lector, en el pie de foto de la imagen número 50, Mildred Constantine apunta: “Detalle del mural de Diego Rivera en Palacio Nacional, México, D.F.; en el que se ve a Tina distribuyendo armas al pueblo” (yerro que repite Pino Cacucci en su citada novela, quien con la misma ignorancia dice que hacia 1923 Rivera y ¡Siqueiros! trabajaban “en los frescos de Chapingo”; que Pancho Villa fue quien le cortó el brazo a Álvaro Obregón; que Tina, en Moscú, volvió “a ver a Serguéi Eisenstein, que [dizque] trabajaba febrilmente en el interminable montaje de Que viva México”; que Diego Rivera también estuvo en el puerto de Tampico cuando el 9 de enero de 1937 llegó León Trotsky a exiliarse a México; que la dedicatoria del autorretrato que Frida Kahlo le regaló a León Trotsky “el 7 de noviembre de 1937” está en la parte posterior del cuadro; que el poema “Tina Modotti ha muerto” se lee en Residencia en la tierra —compilación edita por Losada en 1935, que reúne poemas escritos entre 1925 y 1935; y, entre otros errores y falsas atribuciones, que Ignacio García Téllez —quien era rector de la UNAM cuando Tina Modotti expuso en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional del 3 al 14 de diciembre de 1929— en “marzo de 1941” dizque era “ministro del Interior” en el gabinete del general Manuel Ávila Camacho, presidente de México del 1º de diciembre de 1940 al 30 de noviembre de 1946, pues por entonces, en el primer trienio del sexenio, fue Secretario del Trabajo y Previsión Social). 
Vale repetir que tal icónico mural de Diego Rivera no se halla en Palacio Nacional, sino muy cerca de allí, en el tercer nivel de la SEP (Secretaría de Educación Pública), edificio con planta baja y dos pisos, inaugurado el 17 de julio de 1922, donde Diego Rivera pintó al fresco entre 1923 y 1928; se trata del citado panel En el arsenal (El reparto de armas o Entrega de armas), primera escena del Corrido de la Revolución Proletaria, en cuyo epicentro figura la joven Frida Kahlo, “con muy escasa participación política entonces” —observa Raquel Tibol en Diego Rivera, luces y sombras (Lumen, 2007)—, en cuyo listón pintado en el muro se lee: “Así será la revolución proletaria. Son las voces del obrero rudo lo que puede darles mi laúd” (sin acento en la u). 
 
Detalle de En el arsenal (1928), fresco de Diego Rivera en la SEP
Foto: Tina Modotti
En 
Tina Modotti y el muralismo mexicano  (IIE/UNAM, 1999)
       Es obvio que tales menudencias, más otras que hay por allí, conforman un lúdico tepache de frijolillos saltarines en la sopa de letras e imágenes.
Autorretrato dedicado a León Trotsky (1937),
óleo sobre masonite de Frida Kahlo.
The National Museum of Women in the Arts, Washington, D.C.
La dedicatoria en el papel reza:
Para León Trotsky con todo cariño dedico esta pintura,
el día 7 de noviembre de 1937. Frida Kahlo. En San Ángel, México.
      Vale señalar que el error sobre el Arsenal fue corregido en la dizque “segunda edición en español de la tercera en inglés”, impresa en 1996 por el FCE, cuya iconografía, gráficamente rediseñada, fue ampliada y bañada en sepia en su totalidad. Pero además, Mildred Constantine añadió algunas apostillas complementarias (en cursiva) en varios márgenes de su texto, más un “Prefacio a la segunda edición” firmado por ella en 1993. Sin embargo, en la edición de 1996 los editores del FCE no pudieron eludir ciertos mediocres desaciertos, como el relevante hecho visual —en un libro para ver, observar y analizar— de que numerosas veces las oscurecidas o muy difuminadas imágenes en sepia (algunas muy diminutas) están mucho mejor reproducidas en la edición en blanco y negro de 1993, pese a que ésta también tiene sus notorios desaciertos y tercermundistas desavenencias, pues las imágenes no están resueltas ni impresas en alta definición. 

     
Edward Weston con su cámara Graflex (México, 1923)
En la p. 83 de Tina Moddotti, una vida frágil (FCE, 1996)
       
O que, por ejemplo, en la página 54 de la edición de 1996 dice Mildred de un retrato de Tina que le hizo Weston: “En su rostro hay una sutileza y un indicio de la dignidad que va a llegar en el futuro. La foto 17 no es conocida ni por la familia de Weston ni por los historiadores de su arte, pero debe de haber tenido un significado especial para Tina, puesto que estuvo en su poder hasta su muerte y fue usada en su féretro.” 
Afirmación que de momento y a priori puede dejar en Babia a un recién iniciado en la vida y obra de Tina Modotti, dado que en la “flamante” edición de 1996 se eliminó la numeración de las imágenes que tienen los pies de foto en la edición de 1993; por ende, la susodicha “foto 17” no se encuentra donde se dice —vale subrayar que el texto central de la biógrafa es el mismo en las dos ediciones—, sino en la página 46 y sin ningún número. En este sentido, si la novicia o el novicio lee tal fragmento de la página 54 y se pregunta: ¿cuál de los retratos de Tina Modotti es la “foto 17”?, la respuesta puede encontrarla sólo entre las imágenes del final del libro, pues en la página 226 se ve tal foto de Weston sobre el ataúd de Tina adornado con guirnaldas y flores; imagen, difusa en esa página, ahora celebérrima, que además ilustra la portada de ambas ediciones y que Edward Weston captó en Los Ángeles, California, hacia 1921.


En la p. 226 de Tina Modotti, una vida frágil (FCE, 1996)



Bibliografía
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Juan Rafael Coronel Rivera y otros, Diego Rivera. Palabras ilustres 1921-1957. Iconografía a color y en blanco y negro. RM/MEDR/INBA/BM. China, 2007. 432 pp.
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Manuel Maples Arce, Soberana juventud. Memorias II. Iconografía en blanco y negro. UV. México, mayo de 2010. 216 pp. 
Margaret Hooks, Tina Modotti. Con pastas blandas (15.05 x 13.08 cm). 56 fotografías en blanco y negro de Tina Modotti. Antología, prólogo, notas y cronología de Margaret Hooks en inglés. Phaidon. Hong Kong, 2002. S/n de pp.
Margaret Hooks, Tina Modotti. En cartoné y con sobrecubierta (24.08 x 21.05 cm). 56 fotografías en blanco y negro de Tina Modotti.  Antología, prólogo, notas y cronología de Margaret Hooks. Traducción del inglés al español de David Egea.  Phaidon, 1ª edición en español. China, 2005. S/n de pp. 
Margaret Hooks, Tina Modotti. Fotógrafa y revolucionaria. Traducción del inglés al español de Susana de los Ángeles Moreno y Margarita González. Iconografía en blanco y negro. Plaza & Janés, 1ª edición en español. México, noviembre de 1998. 278 pp.
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Mildred Constantine, Tina Modotti, una vida frágil. En cartoné y con sobrecubierta (27.02 x 21.02 cm). Traducción del inglés al español de Flora Botton Burlá. Iconografía en blanco y negro. Colección Tezontle, FCE. 2ª edición. México, 1993. 218 pp. 
Mildred Constantine, Tina Modotti, una vida frágil. Con pastas blandas y solapas (25.05 x 25.08 cm). Traducción del inglés al español de Flora Botton Burlá. Iconografía en sepia. Colección Tezontle, FCE. 3ª edición. México, 1996. 248 pp.
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Mireya Cueto, Apuntes sobre la experiencia artística. Iconografía en blanco y negro. CONACULTA. México, diciembre 19 de 2001. 120 pp.
Monserrat Sánchez Soler y otros, Vanguardia estridentista. Soporte de la estética revolucionaria. Iconografía a color y en blanco y negro. CNC/INBA/MCEDRFK. México, 2010. 272 pp.
Nadia Ugalde y otros, Anita Brenner, visión de una época. Iconografía a color y en blanco y negro. RM/CNCA. España, 2006. 168 pp.
Olivia Gall, Trotsky en México y la vida política en tiempos de Lázaro Cárdenas. Prólogo de Leonardo Padura. Iconografía en blanco y negro. UNAM/CEIICH/ITACA. México, 2012. 448 pp.
Olivier Debroise, Fuga mexicana. Un recorrido por la fotografía en México. Iconografía en blanco y negro. CONACULTA. México, octubre de 1994. 224 pp.
Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Literatura Contemporánea, Origen/Planeta. México, mayo 20 de 1985. 464 pp.
Pablo Neruda, Residencia en la tierra (1925-1935). Biblioteca Breve, Seix Barral. 2ª edición. Barcelona, mayo de 1980. 160 pp.
Pablo Neruda, Tercera residencia. Biblioteca clásica y contemporánea núm.  277, Editorial Losada. 5ª edición. Buenos Aires, junio 3 de 1976. 112 pp. 
Pablo Ortiz Monasterio y otros, Frida Kahlo. Sus fotos. Iconografía en color y sepia. Edición y puesta en página de Pablo Ortiz Monasterio. RM. Hong Kong, abril de 2010. 524 pp.
Pino Cacucci, Tina Modotti. Traducción del italiano al español de Mercedes del Corral. Iconografía en blanco y negro. Circe bolsillo. Barcelona, diciembre de 1995. 296 pp.
Raquel Tibol, Diego Rivera, luces y sombras. Iconografía en blanco y negro. Lumen/Random House Mondadori. México, 2007. 280 pp.
Raquel Tibol, Episodios fotográficos. Iconografía en blanco y negro. Proceso. México, 1989. 320 pp.
Raquel Tibol, Teresa del Conde, Elena Poniatowska y otros, Frida Kahlo. Tina Modotti. Iconografía a color y en blanco y negro. MUNAL/INBA/SEP. México, junio-agosto de 1983. 116 pp.
Raquel Tibol, Palabras de Siqueiros. Selección, prólogo y notas de Raquel Tibol. Iconografía en blanco y negro. FCE. México, 1996. 542 pp.
Ricardo Gómez Robelo/Carlos Díaz Dufoo Jr., Obras. Recopilación y prólogo de Serge I. Zaïtzeff. Letras mexicanas, FCE. México, septiembre 12 de 1981. 298 pp.
Ricardo Gómez Robelo, Sátiros y amores. Ilustraciones en blanco y negro de Roubaix de L’Abrie Richéy (Robo). Edición facsimilar y prólogo de Fernando Tola de Habich. Libros del bicho núm. 60, Premià editora. México, 1984.  
Rosario Ferré, “El privilegio de una pasión”, p. 79-84, en Sitio a Eros. Trece ensayos literarios. Joaquín Mortiz. México, julio 22 de 1980. 160 pp.
Salvador Albiñana y otros, México ilustrado 1920-1950. Iconografía a color y en blanco y negro. RM/DV/MuVIM/IC. Valencia, 2010. 288 pp. 
Serge Fauchereau, Germán Cueto. Iconografía a color y en blanco y negro. RM/MNCARS. Madrid, julio de 2004. 214 pp. 
Terence Pitts y otros, Edward Weston. Iconografía en blanco y negro. Taschen. Italia, 2004. 224 pp.
Tomás Zurián y otros, Nahui Olin, una mujer de los tiempos modernos. Iconografía a color y en blanco y negro. MEDR/INBA. México, 1992. 176 pp.
Vittorio Vidali, Retrato de mujer. Una vida con Tina Modotti. Traducción del italiano al español de Antonella Fagetti. UAP. 2ª edición. Puebla, 1993. 114 pp.


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Ediciones facsimilares en la colección Revistas Literarias Mexicanas Modernas del Fondo de Cultura Económica: Contemporáneos 1928-1931 (1981); Forma 1926-1928 (1982); Horizonte 1926-1927 (2011); Ulises 1927-1928/Escala 1930 (1980). 






sábado, 28 de mayo de 2016

Vicio propio



Surfeando en la ola del pasado

De 2009 data la primera edición en inglés de Inherent Vice, novela del norteamericano Thomas Pynchon (Nueva York, mayo 8 de 1937), cuya traducción al español de Vicente Campos, Vicio propio, fue publicada en 2011 por Tusquets Editores, la cual presenta “entre comillas simples (‘’) las [diseminadas] palabras y expresiones que aparecen en español y cursiva en el original”; cuya adaptación cinematográfica, dirigida por Paul Thomas Anderson, se estrenó el 12 de diciembre de 2014.
Portada de Inherent Vice (2009) y Thomas Pynchon de joven
       
Paul Thomas Anderson e Inherent Vice (2009)
    
Thomas Pynchon
Representación especulativa del novelista hoy
Foto: Bobby Doherty
         Se dice que el furtivo Thomas Pynchon, quien elude exhibir su rostro en mediáticas fotografías, vivió, entre 1969 y 1970, en Manhattan Beach, playera población del condado de Los Ángeles, California, y que tal estancia fue crucial para la urdimbre de Vicio propio. Esto parece probable o es así, sólo que Manhattan Beach en la novela se llama Gordita Beach y es el surfista sitio donde reside Larry Sportello, el treintañero protagonista, apodado Doc, cuya estrambótica oficina de detective privado tiene una letrero que reza: “LSD INVESTIGATIONS”, no porque se dedique a indagaciones relativas al uso del ácido lisérgico (algo así como kármicos daños colaterales derivados de los experimentos psicodélicos y espirituales del gran gurú Timothy Leary), sino porque las siglas significan: “Localización, Seguimiento, Detención”.  

Larry Sportello, alias Doc (Joaquin Phoenix)
Fotoframa de Vicio propio (2014)
  Con su desgarbada pinta de hippie fumeta de huaraches, las aventuras y actividades detectivescas de Larry Sportello, y los hechos de la novela, oscilan, principalmente, en el entorno de Los Ángeles, California, y de Las Vegas, Nevada, impregnados de la abigarrada y enrarecida atmósfera social, popular, consumista, callejera, televisiva, cinematográfica, musical, política, contestaria, represiva, psicodélica y contracultural de los años 60. No obstante, varias alusiones permiten inferir el lapso del breve presente en que se sucede la obra. Uno es la espeluznante masacre cometida por Charles Mason y su “familia”, ocurrida el 9 de agosto de 1969 en la mansión de Cielo Drive, en Beverly Hills, donde murió asesinada la actriz y modelo Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski, quien estaba embarazada. Tal crimen, por su reciente y sonora impronta, es aludido varias veces a lo largo de la novela, incluso cuando inicia el juicio. En un pasaje donde se habla de la “Generación del amor”, se remite al pasado: “Allá por 1970”. Y en otro, ya en las latitudes del desenlace, Doc recibe por correo una invitación, dentro de “un lujoso sobre con membretes dorados”, para la inminente “Gran Inauguración” del “Kismet Casino and Lounge”, ubicado en “North Las Vegas”, “que se celebrará en algún momento por concretar de la primavera de 1972”. Es decir, todo indica que el presente de la novela transcurre en 1971 o quizá en 1972.

Sharon Tate y Roman Polanski
  Inextricable a su idiosincrasia gringa, Vicio propio, que en la traducción al español pierde su consubstancial oralidad y natural tesitura, no es una obra solemne, seria y rígida. Todo lo contrario: es chocarrera, hilarante, irónica, desenfada, procaz, iconoclasta y un tanto crítica, erótica y porno, donde buena parte de sus protagonistas, empezando por Larry Sportello, fuman tabaco y marihuana, beben cerveza, devoran pizzas y hots dogs, y viajan con LSD o esnifan cocaína. Sin que la trama implique una rigurosa reconstrucción sociológica e histórica, sí implica consabidos datos, nombres, personajes y hechos reales transcritos del pasado histórico norteamericano, lo cual le da un matiz de realismo y verosimilitud. Todo ello aunado a una continua, lúdica, ilustrativa, miscelánea y retrospectiva banda sonora (musical, cinematográfica y televisiva), cuyas sucesivas citas y alusiones denotan la heterogénea cultura retro de Thomas Pynchon. (Ahora, con auxilio de la web y de YouTube, el lector puede hacer un puntual seguimiento de tal bagaje). 

Colección Andanzas núm. 752, Tusquets Editores
Primera edición mexicana, abril de 2011
Shasta Fay Hepworth (Katherine Waterston)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Dividida en 21 capítulos, Vicio propio inicia cuando Shasta Fay Hepworth, ex novia de Larry Sportello, a quien no veía desde hace un año, lo busca en su casa para que indague el paradero de Michael Wolfmann, su actual novio, quien es un magnate inmobiliario, cuya mafiosa catadura a Doc le resume su tía Reet: “Mafia Hochdeutsch del Westside, el más gordo de los peces gordos, construcción, inversiones en cajas de ahorro y crédito, miles de millones libres de impuestos escondidos en lo más hondo de una remota montaña en algún sitio, técnicamente judío pero quiere ser nazi, para lo que se ejercita a menudo, hasta el punto de utilizar la violencia con los que se olvidan de escribir su nombre con dos enes.” “Va por ahí” —le dice— “con una docena de moteros de la Fraternidad Aria, para que le guarden la espalda, todos malos bichos con antecedentes penales que lo certifican. [...] Si te acercas en coche a diez manzanas de él, ellos se tumbarán delante de tu coche. Si te sigues acercando, te lanzarán una granada.” 

La tía Reet (Jeannie Berlin)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Vale puntualizar que la sabihonda tía Reet, a quien Doc consulta para obtener datos, le vaticina la futura propagación de Internet: “Algún día —profetizó ella—, habrá ordenadores que se encarguen de todo esto, lo único que tendrás que hacer es teclear lo que estás buscando, o mejor aún, decírselo de viva voz, como a ese HAL de 2001: Una odisea del espacio [1968], y te responderá con más información de la que puedes digerir sobre cada parcela en la costa de L.A., retrotrayéndose hasta las concesiones de tierra de los españoles, hasta los derechos de agua, las servidumbres, los historiales hipotecarios, o lo que quieras, créeme, está al caer.” Y más aún, en la oficina de Fritz Drybeam en Santa Mónica —donde Larry Sportello aprendió el oficio de detective con tal mentor y donde lo apodaron Doc por el “neceser de afeitado de piel falsa de cocodrilo” en el que llevaba la “herramienta hipodérmica” “Con el suero de la verdad”, “El mismo que utiliza la CIA”, para aplicarlo en algún malandrín renuente a hablar—, hay “una red de ordenadores”, llamada “ARPAnet”, “todos conectados por líneas telefónicas” con redes de universitarias computadoras: “UCLA, Isla Vista, Stanford”, cuyas virtudes y celeridad informática le canta Fritz: “Pongamos que hay un expediente que ellos tienen y tú no, ellos te lo envían al momento a razón de cincuenta mil caracteres por segundo.” Vale decir, entonces, que Doc acude a Fritz Drybeam y a ARPAnet para proveerse de cierta información y con un “Guau” de asombro describe el fantástico reducto: “Era como estar dentro de un árbol de Navidad de ciencia ficción. Había pequeñas luces rojas y verdes encendiéndose y apagándose por todas partes. Había armarios de ordenadores, consolas con pantallas de vídeo iluminadas y teclados alfanuméricos, cables que cubrían todo el suelo en medio de montones sin barrer de pequeños rectángulos de cartón, del tamaño apenas de un insecto, perforadores de las tarjetas de IBM, un par de copiadoras Gestetner en el rincón y, dominando el escenario a lo largo de las paredes, varias bobinas de cinta de grabación Ampex que se movían nerviosamente adelante y atrás.” 

La omnisciente computadora HAL
Fotograma de 2001: Una odisea del espacio (1968),
película dirigida por Stanley Kubrick
  Fritz Drybeam se siente allí “surfeando en la ola del futuro” y en un episodio le dice a Doc que ha contratado a un muchachito, Sparky, que “todavía tiene que llamar a su madre si va a llegar tarde a cenar”, pero de quien se dice aprendiz y para quien ARPAnet “es como el ácido, otro mundo, completamente extraño.... donde el tiempo, el espacio, y todo el follón, cambian”. Según le dice a Doc, Sparky “ha descubierto un modo de entrar en el ordenador CII de Sacramento sin que ellos lo sepan. Así que, muy pronto, cualquier cosa que tenga la Oficina de Seguridad del Estado la tendremos nosotros: puedes llamarnos CII Sur”.

Larry Sportello y Tariq Khalil
(Joaquin Phoenix y Michael K. Williams)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Paralela a la búsqueda de Michael Wolfmann, a la que se suma la desaparición y búsqueda de Shasta, Larry Sportello —quien a veces risiblemente se disfraza o adopta teatrales imposturas—, se involucra en otras búsquedas que a la postre, sin perder su distancia, tienen puntos de contacto entre sí. Una es la localización de Glen Charlock, a quien según Tariq Khalil, le debe pasta desde su mutua estadía en la cárcel de Chino. Coincidentemente, Glen Charlock es de la Hermandad Aria, el grupo de moteros guardaespaldas que rodean y protegen a Michael Wolfmann. Pero como Tariq Khalil es negro no se puede acercar a esa violenta pandilla nazi. De hecho la presencia de Tariq Khalil preludia los atisbos de racismo y beligerancia racista que las vertientes de la obra también aluden y abordan, como son, por ejemplo, los remanentes de los disturbios raciales ocurridos en el barrio de Watts, en Los Ángeles, entre el 11 y el 17 de agosto de 1965; o cuando en el Juzgado Federal de Los Ángeles un agente del FBI que interroga a Doc le dice que “toda la energía de esta oficina se dedica a investigar los Grupos de Odio Nacionalistas Negros”. Es así que la voz narrativa bosqueja cuando Tariq Khalil aparece en la oficina de Larry Sportello: “Ahora mismo había un visitante delante de la puerta esperando a Doc. Lo excepcional del cliente es que era negro. Claro que de vez en cuando se veía a negros al oeste de la Harbor Freeway, pero encontrarse a uno tan lejos de su zona habitual, casi al lado del océano, era muy raro. La última vez que alguien recordaba haber visto a un motorista negro en Gordita Beach, por ejemplo, hubo un aluvión de llamadas angustiadas pidiendo refuerzos que saturaron las frecuencias de la policía, se reunió un pequeño destacamento de vehículos de las fuerzas del orden y se instalaron barreras de control para toda la Pacific Coast Highway. Un viejo acto reflejo de Gordita, que se remontaba a poco después de la segunda guerra mundial, cuando una familia negra había intentado instalarse en la ciudad y los vecinos, con la servicial asesoría del Ku Klux Klan, incendiaron la casa, y luego, como si alguna antigua maldición se hubiera cumplido, se negaron a permitir que se levantara ninguna otra en esa parcela. El solar permaneció vacío hasta que la alcaldía lo expropió y lo convirtió en un parque, donde la juventud de Gordita Beach, siguiendo las leyes del reajuste kármico, pronto empezó a reunirse para beber, fumar hierba y follar, deprimiendo a sus padres, aunque no el valor de las parcelas.”

Y más aún, según Tariq Khalil le informa a Doc, cuando salió de la cárcel de Chino, luego de que lo hiciera Glen Charlock, descubrió que su gueto negro, ubicado en una parte de South Central donde estuvo un barrio japonés —deshecho cuando durante la Segunda Guerra Mundial los japoneses fueron confinados en campos de concentración—, ha sido demolido y en cuyos terrenos Michael Wolfmann construye el Channel View Estates (“su última agresión contra el entorno”, sentencia la tía Reet; cuyos estragos a Farley Branch, ambientalista y documentalista, le recuerdan “los desbroces que los bombardeos producían en la selva que había vivido” como marine en Vietnam), que es un conglomerado que comprende casas, un centro comercial, una licorería, un expendio de sándwiches y comida para los albañiles y obreros, “una cervecería en la que se podía jugar al billar y un salón de masajes llamado Chick Planet”, que en realidad es un burdel, donde el día que Doc va a husmear ve enfrente “una hilera de grandes motocicletas cuidadas con esmero y aparcadas con precisión militar”, que son las motonetas de la Hermandad Aria. A Jade, una masajista asiática del Chick Planet, Doc le pregunta por Glen Charlock, quien anda por ahí. Pero en vez de encontrarse con éste, oye una gritería y estruendos de las motos y alguien lo golpea y lo deja inconsciente. Cuando recobra el sentido, tiene un chichón en la cabeza y mira el rostro de Bigfoot Bjornsen, detective del LAPD (Departamento de Policía de Los Ángeles), quien en un primer momento, sin pruebas, lo culpa del asesinato de Glen Charlock. Es decir, los moteros de la Hermandad Aria se esfumaron y sólo quedó el muerto y Larry Sportello desmayado. 
Las masajistas Jade y Bambi y Larry Sportello en el Chick Planet
(Hong Chau, Shannon Collins y Joaquin Phoenix)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Dado que el detective Bigfoot Bjornsen, según le dice, quiere hallar al desaparecido Michael Wolfmann antes que el FBI lo considere un secuestro e intervenga y desplace al LAPD (se da por supuesto que desapareció, junto con Shasta, durante el mismo evento del asesinato de Glen Charlock), le pide nombres a Doc; e incluso le llega a proponer que sea su soplón, un informante del LAPD, y que le pagará con marihuana: “¡Dorada de Acapulco! ¡Roja de Panamá! ¡María empaquetada de Michoacán! Incontables kilos de verdadera hierba, di la cantidad, sólo para que lo sepas, que la tenemos. Y lo que no te fumes, por más improbable que parezca que no te lo fumes todo, siempre puedes venderlo.”



     
El detective privado Larry Sportello y el policía Bigfoot Bjornsen
(Joaquin Phoenix y Josh Brolin)
Fotograma de Vicio propio (2014)
         Obviamente Larry Sportello no se convierte en un soplón, tiene su particular moralidad de fumeta irredento; pero con el detective Bigfoot Bjornsen, que no es un modelo de policía pulcro ni perspicaz ni su compinche, establece un ríspido vínculo de eventual colaboración e intercambio de datos. 

Otro caso en el que Doc se involucra es el de la búsqueda de Coy Harlingen, un saxofonista que “había tocado con los Boards, una banda de surf que se había montado a principios de los sesenta y ahora se la consideraba pionera de la música surf eléctrica, y que últimamente tocaba un subgénero que les gustaba llamar ‘surfadélico’”; banda de la que la revista Rolling Stone alardea: “El nuevo álbum de los Boards hará que Jimi Hendrix quiera escuchar música surf otra vez”. Se dice que Coy Harlingen murió de una sobredosis de heroína; pero otros suponen que no fue así, entre ellos Hope, su esposa, quien originó la búsqueda ante Doc, y Scott Oof, primo de éste y músico surfista de los Beer, quien le dice que se rumora “que en realidad sobrevivió”, que “lo resucitaron en una sala de urgencias de Beverly Hills, pero todo el mundo guardó el secreto, algunos dicen que le pagaron para que siguiera simulando que había muerto, y él anda por ahí mismo disfrazado, con el pelo cambiado y todo eso...” 
El saxofonista Coy Harlingen (Owen Wilson) en la casa de los Boards
Fotograma de Vicio propio (2014)
  El derrotero de las indagaciones en torno a la búsqueda de Shasta y de Michael Wolfmann, del trasfondo de las falsas identidades de Coy Harlingen y del asesinato de Glen Charlock y sus cuentas pendientes con Tariq Khalil, conducen a Larry Sportello, en medio de sus vivencias y correrías, a entrever indicios de cruentos, sucios y mafiosos poderes y negocios inmersos, de un modo inveterado y sistémico, en el agresivo y violento tejido social e institucional norteamericano. No obstante, sólo se queda en el atisbo de las puntas de ciertos negros icebergs y no ahonda en sus meandros y trasfondos, pese a que en un peliculesco episodio, para salir con vida de un secuestro, se ve impelido a matar a un tal Puck Beaverton, un cabeza rapada con una esvástica tatuada en el cráneo, quien también era guardaespaldas de Michael Wolfmann, a quien Doc rastreó y localizó en Las Vegas por petición de Trillium Fortnight, la novia de Puck; y también mata, defendiéndose, a un tal Adrian Prussia, un asesino a sueldo, al servicio de la policía y de la mafia del Colmillo Dorado, con un voluminoso y secreto expediente de impunidad en los sótanos del LAPD y de los juzgados, que Doc logra hojear gracias a su vínculo sexual y amistoso con Penny Kimball, “ayudante del fiscal del distrito en la oficina de Evelle Younger”.    

Penny Kimball y Larry Sportello
(Reese Witherspoon y Joaquin Phoenix)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Sobre el ricachón y libidinoso Michael Wolfmann, por ejemplo, se entera que durante un viaje en LSD tuvo cierta visión reivindicativa y kármica, pues en medio de unos desérticos terrenos cercanos a Las Vegas estaba erigiendo una ciudad artificial llamada Arrepentimiento, en la que pensaba restituir, a necesitados y menesterosos, de un lugar dónde vivir libremente en una especie de fraterna y meditativa comuna. Pero un poder oscuro y mafioso, más poderoso que él y coludido al mafioso FBI (que aún es presidido por el recalcitrante antisubversivo John Edgar Hoover), lo secuestró e internó en un manicomio, ubicado en Ojai (la loquería y clínica de desintoxicación Chryskylodon, “para la clase alta”), donde le lavaron el cerebro, y luego lo regresaron a su convencional sitio en el statu quo (donde tiene esposa y cariz de filántropo), pues Wolfmann, tras una estrategia para incrementar rápidamente sus caudales, recién compró en Las Vegas el citado Kismet Casino, que estaba astroso y decadente, y a toda orquesta pergeña su boyante reinauguración. Mientras que Shasta Fay Hepworth, por ende y como si nada hubiera ocurrido durante su desaparición, regresa a Gordita Beach, ya no vestida “de pies a cabeza como una chica de tierra adentro”, sino con sus antiguas sandalias de siempre, “con la parte de abajo de un bikini estampado de flores y una camiseta desteñida de Country Joe & the Fish”.

Shasta Fay Hepworth (Katherine Waterston)
Fotograma de Vicio propio (2014)
     
Shasta y Doc
(Katherine Waterston y Joaquin Phoenix)
Fotograma de Vicio propio (2014)
       Y en su momento, el negro Tariq Khalil, ahora sexualmente enredado con la mesera de bar Clancy —la atractiva pelirroja de minifalda hermana de Glen Charlock—, le revela a Doc los pormenores de la deuda carcelaria de éste, que no eran dólares, sino armas ligeras, del mercado negro, destinadas a “la Milicia Armada Negra de Guerreros Anti-Hombre (MANGAH)”. No obstante, Larry Sportello no indaga sobre tal milicia del Black Power ni sobre el tráfico de armas de la mafia, pero sí algo sobre el trasfondo del asesinato de Glen Charlock, puesto en el blanco, para ultimarlo, por el citado guardaespaldas Puck Beaverton, pues incidentalmente había visto una cinta furtivamente filmada por Farley Branch, el susodicho documentalista y ex marine en Vietnam, donde, con pelos y minucias, mientras Doc yacía inconsciente con un chichón en la cabeza, se aprecia la pactada huida de los moteros guardaespaldas de Michael Wolfmann y el preciso instante del asesinato de Glen Charlock en medio del cerco del Channel View Estates y del asalto del Chick Planet Massage por parte de un militarizado pelotón, con uniformes de camuflaje y pasamontañas, y poderosas armas de alto calibre. Tras ver la película, Doc le pide a Farley Branch copia ampliada de un par de planos y le pide a Fritz Drybeam que a través de ARPAnet indague las matrículas de los vehículos que participaron en el asalto, quien luego le comenta por teléfono: “he buscado los números de matrícula que me diste y resulta que algunos de ellos pertenecen a los ‘reservistas de la policía’ de L.A. Parece que muchos de esos tipos se alistaron durante los disturbios de Watts para jugar al tiro al negro y que todo colara como legal. Desde entonces han sido como una pequeña milicia privada a la que recurre el LAPD cada vez que no quiere salir mal parado en la prensa. Si tienes un lápiz anota esto, y no me cuentes lo que pase.” 

Fotograma de Vicio propio (2014)
  Para indagar sobre esos “auxiliares de la policía”, Larry Sportello, haciéndose pasar por un “representante de Alambradas para la Seguridad del Hogar Tarzana”, se apersona en la casa de Arthur Tweedle, quien acude “a las reuniones de California Vigilante con su vecino Prescott, otro antisubversivo por afición que también constaba en la lista que le había dado Fritz”. Arthur Tweedle es “un operario civil que trabajaba en un turno de día normal en el arsenal de la Marina” y en su casa tiene una colección de poderosas armas que le muestra sin reparos (“armas así habrían cambiado las cosas en Watts”, le dice), además de hablarle de su mercenario “servicio en la reserva de la policía”. Doc ve colgado un pasamontañas que “Se parecía extrañamente a los que salían en la película que Farley Branch había rodado en el asalto a Chick Planet Massage” y Tweedle le dice que “es el reglamentario”, que “forma parte del uniforme para cuando salimos de maniobras”. Así que picado le pregunta si eran ellos “los que estaban hará un par de semanas en aquella movida en la que desapareció Mickey Wolfmann”. Y Tweedle, cantarín, se lo confirma: “Y tanto, acabamos persiguiendo a una banda de moteros por todo Channel View Estates, la pandilla de pinta más repugnante que he visto en toda mi vida, pero, bien mirado, cuando la cosa se tensó no dieron más problemas que los negros.” 

Larry Sportello y Penny Kimball viendo la tele
(Joaquin Phoenix y 
Reese Witherspoon)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Vale observar que esos “matones patriotas conocidos como California Vigilante”, además de racistas y antisubversivos, son “activistas del Partido Republicano”, al que pertenece Ronald Reagan, gobernador de California, y Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos. Y es precisamente en un mitin de California Vigilante en el Century Plaza, “el palaciego hotel del Westside”, donde “Nixon se había apersonado de manera imprevista, como por capricho”, que Larry Sportello (mientras fuma un canuto) ve por televisión, en compañía de Penny Kimball, que de repente “un asistente, melenudo, con los ojos desorbitados, vestido con una camisa Nehru y psicodélicos pantalones de pata de elefante a juego”, empieza a gritar coloridos insultos contra el presidente: “¡Eh, Nixon! ¡Eh, pichi Richi! ¡Que te den! ¿Y sabes qué te digo?, que le den a Spiro también. Que les den a todos en la Primera Familia de Mierda. ¡Que le den hasta al perro! ¿Alguien se acuerda de cómo se llamaba el perro? Da igual, que le den también. ¡Que os den a todos! ¡A la mierda!” Los “agentes robot” lo detienen. Y “Nixon de buen humor” sugiere que lo lleven “a una clínica para drogadictos hippies”. Luego, mientras Doc y Penny discuten, en la televisión anuncian que ya lo identificaron: dizque es “Rick Doppel, un estudiante parado que dejó la universidad de UCLA” (Universidad de California Los Ángeles). Pero mientras Penny, que es ayudante del fiscal del distrito, lo identifica como el Chuky, a quien todo el mundo conoce en el Palacio de Justicia y en la Casa de Cristal, pues es un “informante” de la Brigada Antirrojos y de la DIPP (División de Inteligencia para Desórdenes Públicos), Doc, para sus adentros y por unas polaroids que vio para buscarlo, reconoce a Coy Harlingen, el ex saxofonista de los Boards y supuesto muerto por una sobredosis de heroína, buscado por su esposa Hope, con quien tiene una pequeña hija: Amethyst; quienes se conocieron en el Oscar’s de San Ysidro, un antro “justo al lado de la frontera de Tijuana”, donde “los lavabos eran las veinticuatro horas un hervidero de yonquis, novatos y curtidos, que acaban de pillar mercancía en México, la metían en pelotas de caucho y se las tragaban, y luego cruzan de vuelta a Estados Unidos para vomitarlas”. Según le cuenta Hope a Larry Sportello de su romántico encuentro: “Yo acababa de entrar corriendo en el váter sin siquiera pararme a mirar antes, ya me había metido el dedo en la garganta, y allí estaba sentado Coy, con su digestión de gringo, a punto de echar una gigantesca cagada. Los dos lo sacamos casi al mismo tiempo, vómito y mierda por todas partes, yo con la cara en su regazo y, para acabar de liarlo todo, él tenía una erección [...] Ya antes de llegar a San Diego estábamos pinchándonos juntos en la parte de atrás de la furgoneta de no sé quién, y menos de dos semanas más tarde, partiendo de la interesante teoría de que dos pueden pillar más barato que uno, nos casamos, y casi sin darme cuenta llegó Amethyst; y al poco éste es el aspecto que tuvo la pobre.”



   
Fotograma de Vicio propio (2014)
      Haciéndose pasar por “un periodista musical de una revista underground de fans llamada Stone Turntable” y con su amigo Denis de supuesto fotógrafo, Doc rastrea a Coy Harlingen en la casona que los Boards tienen en Topanga Canyon. Y en un encuentro que tiene con él, Coy Harlingen le pide a Doc que le eche un ojo a su esposa Hope y a su hija Amethyst. Y en otro, en la costosa clínica Chryskylodon (cuyo nombre griego significa colmillo de oro), le pide que lo ayude a salirse del pacto de sangre que hizo con la mafia que paga su “programa de desintoxicación” y sus actividades de soplón, infiltrado e informante, tanto para la mafia del Colmillo Dorado (que trafica con heroína del Extremo Oriente), como para el LAPD y California Vigilante.

Sauncho Smilax, amigo y abogado de Larry Sportello
(Benicio del Toro y Joaquin Phoenix)
Fotograma de Vicio propio (2014)
  Según se cree, en Laguna Canyon radican los laboratorios de la mafia psicodélica que produce el LSD con que viaja y oficia un tal Vehi Fairfield, especie de oráculo y amigo de su amiga Sortilège, quien por segunda vez le invita un viaje en ácido en cuyas metafísicas latitudes ve a Shasta, entonces desparecida, a bordo de la goleta el Colmillo Dorado navegando en las aguas del Pacífico. Pero los meollos y alcances del Colmillo Dorado, “un cártel de heroína del sudeste asiático”, son aún más siniestros, según logra entrever Doc en sus indagaciones. Pues según le comenta Jason Velveeta, un padrote idiotizado por Jade, la masajista asiática del Chick Planet, el Colmillo Dorado es “Un cártel indochino de heroína. Una historia vertical. Ellos la financian, la cultivan, la tratan, la cortan, la mueven, controlan redes por todo el país de camellos callejeros locales, y se llevan un porcentaje. Brillante.” Y, según le dice, el Chick Planet Massage “es una de las fachadas que utilizan para blanquear dinero”. Y más aún, según colige Doc, ese costoso colmillo de oro: la clínica Chryskylodon, es parte de esa “historia vertical”, tanto como lo es el barco el Colmillo Dorado, en el que se transportan alijos de droga y bultos de dólares (algunos falsos y con el rostro de Nixon), como otra de sus fachadas: el “Edificio Colmillo Dorado”, “un edificio extrañamente futurista” que es un enorme cono, “¡un colmillo dorado de seis plantas!”, cuyo rótulo anuncia: “COLMILLO DORADO ENTERPRISES, INC-CORPORATE HQ”, el cual, según le informa el doctor Blatnoyd, afanado en esnifar cocaína y en revolcarse con su lúbrica secretaria, es “un consorcio financiero” donde la mayoría son dentistas. Y quien luego aparece misteriosamente muerto en una mansión en Bel Air, donde dizque vestido saltó del trampolín de una alberca (“llevaba un traje de terciopelo de color intenso, casi ultravioleta, con las solapas muy anchas y pantalones de pata de elefante, cuyo efecto acentuaba con una pajarita de color frambuesa y un ostentoso pañuelo”) y oficialmente murió de “una fractura mortal en el cuello”; sin embargo, según el forense, tenía unas “heridas punzantes en la garganta, que se ajustarían a los caninos de un animal salvaje de mediano tamaño”.


         
Larry Sportello y Adrian Prussia
(Joaquin Phoenix y Peter McRobbie)
Fotograma de Vicio propio (2014)
        Vale añadir que las pesquisas que llevan a Larry Sportello frente al asesino a sueldo Adrian Prussia y que lo colocan en la órbita de que éste lo secuestre y quiera matarlo auxiliado por Puck Beaverton, propician que Bigfoot Bjornsen, oculto, siguiendo a Doc a hurtadillas y usándolo como carnaza sin su autorización, le siembre en su auto (sin que lo sepa) un alijo de “veinte kilos de Blanca China del número 4”, narcótico del cártel del Colmillo Dorado que Bigfoot sustrajo de la casa de Adrian Prussia. Doc, tras descubrir la droga oculta en la cajuela —nervioso, presuroso y sigiloso— la esconde. Esto suscita que la mafia quiera recobrarla y por ende el ricachón y empresario Crocker Fenway, quizá algo más que un negociador, se pone en contacto con Larry Sportello para recuperarla. (Crocker Fenway, además, lo conoce porque otrora lo contrató para localizar a su locuaz hija Japonica; “Había sido su primer curro pagado como detective privado con licencia legal, y vaya si se lo habían pagado”). Con una peliculesca y peliaguda estratagema, Doc acuerda un intercambio: entregará el estupefaciente a cambio de la libertad de Coy Harlingen (quien añora y ansía volver a su vida de saxofonista común, con su esposa e hija), cosa que la mafia le concede y Hope se lo agradece con una exultante llamada telefónica: “Ha vuelto, Doc, está vivo y de vuelta y llevo veinticuatro horas viajando por las nubes, y ya no sé qué creer.”

Hope Harlingen (Jena Malone)
Fotograma de Vicio propio (2014)


Thomas Pynchon, Vicio propio. Traducción del inglés al español de Vicente Campos. Colección Andanzas núm. 752, Tusquets Editores. 1ª edición mexicana. México, abril de 2011. 424 pp.


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