Todo el mundo tiene un bestiario interior
Casi al final del ensayo que articula el volumen Leonora Carrington. Surrealismo, alquimia y arte (29.06 x 25.05 cm), Susan L. Alberth, su autora, menciona tres títulos que han incidido en la revaloración y estudio de la obra de la artista y escritora británica Leonora Carrington (nacida “en el norte de Inglaterra el 6 de abril de 1917, en Claytorn Green, cerca de Chorley, South Lancashire”, residente en la Ciudad de México desde 1943, donde falleció el 25 de mayo de 2011): Leonora Carrington: Paintings, Drawings and Sculptures 1940-1990, catálogo de la muestra montada, en 1991, en la Serpentine Gallery de Londres; Leonora Carrington: una retrospectiva, catálogo de la exhibición vista, en 1994, en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y luego en el Museo de Arte Moderno de Chapultepec; y Leonora Carrington, la realidad de la imaginación, volumen iconográfico con un ensayo de Whitney Chadwick, coeditado, en 1994, por Ediciones Era y el CONACULTA e impreso en Singapur.
Leonora Carrington y Emerico "Chiki" Weisz (México, 1946) (Foto: Kati Horna) |
(Lund Humphiers, Londres, 2004) |
El bacalao pone un millón de huevos
la gallinita uno nada más
al concluir su labor el bacalao no cacarea jamás
así pues a la gallinita alabamos
y al bacalao se tiende a despreciar
lo que demuestra, mis amigos y hermanos,
los beneficios de la publicidad.”
Clarines y trompetas acústicas que a Leonora Carrington ni le hace falta alardear por sus mil y una obras. Es consabido que es difícil dar en el blanco, es decir, no es fácil el desciframiento certero de múltiples minucias crípticas, imaginarias, simbólicas, rituales, culinarias, mágicas, alquímicas y esotéricas que se observan no sólo sus pinturas y esculturas signadas por un rico bestiario de seres fantásticos, totémicos, híbridos y antropomórficos, heresiarcas, hierofantes y brujeriles, etcétera, pues tal intríngulis supone a un lector ducho en las técnicas utilizadas y erudito en los implícitos hermetismos, en los amalgamados arcanos, en ascendencias míticas y gnósticas, y en alusiones lúdicas y pócimas narrativas con remanentes de distintas y antiguas tradiciones (no sólo orales) y arcaicas culturas. Pero son tan magnéticas y hechizantes que resulta ineludible, aún antes de pensar y escudriñar lo que se ve, emitir el perruno, onomatopéyico y alharaquiento ¡guau! Por lo que se puede decir que a las galerías y museos (no únicamente cuando expone Leonora) la bestezuela de la noche y el simple humano van ladrar. Lo cual, para curarse en salud con la congénita naturaleza perruna, trae a colación un fragmento (citado por Susan) de una entrevista que Sheena Wagstaff le hizo a la artista; dice Leonora: “La cuestión no consiste en si las personas hacen o no una interpretación errónea. La mayoría de la gente no es capaz de formarse ninguna opinión. Una vez un perro le ladró a una máscara que hice; ese fue el comentario más honorable que jamás he recibido.”
Darvault (1950) Óleo sobre lienzo de Leonora Carrington (80 x 65 cm) |
No sin una mirada eurocéntrica y reduccionista en lo que concierne al sincretismo católico-prehispánico de la geografía mexicana y su contemporánea tradición de Todos Santos y los Fieles Difuntos, la lectura del ensayo revela que Susan hizo una profusa investigación y análisis de la biografía y de ciertas obras plásticas y escritas de Leonora Carrington (a quien también visitó y entrevistó en su casa de la Ciudad de México); sin embargo, no precisa algunos datos ni acota ciertos lapsus de la artista, como cuando en la página 58 cita un fragmento de una respuesta de la entrevista que le hizo Paul de Angelis en el que se lee: “Diego y Frida se casaron otra vez y yo ayudé con la boda. Fue una gran fiesta.” Pues tal reincidente matrimonio se sucedió en San Francisco el 8 de diciembre de 1940, cuando Leonora aún estaba en Europa (en 1941 arribó a Nueva York casada con el poeta y diplomático mexicano Renato Leduc). Tal pasaje fue transcrito y traducido del inglés del catálogo Leonora Carrington: The Mexican Years 1943-1985 (The Mexican Museum, San Francisco, 1991); pero en el número 17 de la revista El paseante (Ediciones Siruela, Madrid, 1990), en este caso con traducción de Francisco Torres Oliver, Leonora dice otra cosa: “Diego y Frida Kahlo volvieron a casarse, y yo asistí a la boda. Fue una fiesta enorme.”
The House Opposite (1945) Temple sobre papel de Leonora Carrington (33 x 82 cm) |
Las cualidades estéticas y el magnético y enigmático panorama de su prolífica obra plástica y escrita denota que Leonora es una persona fuera del común denominador, de ahí que valga destacar que además de que hacia los cuatro años de edad garrapateaba dibujos y letras desde los seis, ya desde escuincla traviesa y rebelde, en el par de colegios de monjas (el “convento del Santo Sepulcro, cerca de Chelmsford, Essex, en un castillo construido por Enrique VIII”, y el convento de “Santa María en Ascot”) en donde la hicieron sentir “anormal” y donde “fue castigada y declarada ineducable” y finalmente expulsada, “podía escribir con ambas manos y prefería escribir con la izquierda y en sentido contrario”, como reflejado en un espejo, por lo que no asombraría que la tildaran de poseída por el Diablo, de hechizada con un salmo demoníaco o de bruja, más aún si consideramos “las extrañas leyendas de la región donde nació”.
La niña Leonora Carrington preparando un hechizo |
Crookhey Hall (1947) Caseína sobre masonite de Leonora Carrington (31.5 x 60 cm) |
Dice Susan que “Hasta el día de hoy ella practica la escritura de espejo y pinta con ambas manos, a veces con las dos al mismo tiempo. Su desconfianza hacia la Iglesia católica comenzó quizás en repuesta a aquellos repetidos rechazos. Esa antipatía, avivada más tarde por la postura anticlerical del surrealismo, la acompañaría toda la vida, manifestándose en mordaces representaciones satíricas de los sacerdotes, tanto en sus escritos como en su obra plástica.”
La cocina aromática de la abuela Moorhead (1975) Óleo sobre lienzo de Leonora Carrington (79 x 124.5 cm) |
Susan L. Alberth, Leonora Carrington. Surrealismo, alquimia y arte. Traducción del inglés al español de
José Adrián Vitier. Iconografía a color y en blanco y negro. Turner/CONACULTA. China, 2004. 160 pp.
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