miércoles, 10 de junio de 2015

LIFE. Los grandes fotógrafos




La cámara es una extensión de uno mismo


Traducido al español por Vicente Villacampa e impreso en China, en 2012, por Lunwerg Editores, el volumen de pastas blandas LIFE. Los grandes fotógrafos (22.2 x 18 cm) apareció primero en inglés, en Estados Unidos, publicado en octubre de 2004 por Bulfinch Press, con tapas duras y el título The Great LIFE Photographers, cuyo copyright pertenece a Time Inc., membrete que remite al origen de la revista TIME, cuyo primer número data de marzo de 1923, creada por dos periodistas egresados de la Universidad de Yale: Briton Hadden (1898-1929) y Henry R. Luce (1898-1967), el artífice de la célebre revista LIFE, que duró 36 años (el primer número data del “23 de noviembre de 1936” y el último del “28 de diciembre de 1972”) y de un gigantesco trust que dominó en el ámbito de los medios masivos norteamericanos e incluso más allá de sus fronteras y no sólo con revistas como TIME, LIFE International y LIFE en español
     
(Gustavo Gili,3ª . ed., 1983)
        Según apunta la fotógrafa alemana Gisèle Freund (1908-2000) en “Mass-media magazines en Estados Unidos”, capítulo de La fotografía como documento social (Gustavo Gili, Barcelona, 1976), “Henry R. Luce había empezado su carrera de periodista en 1921 como reportero del Chicago News con un sueldo de 16 dólares a la semana. En 1967 podía, desde su despacho del piso 34 del Rockefeller Center de Nueva York, controlar un vasto imperio de publicaciones industriales de Norteamérica. TIME tiraba ahora más de 3 millones de ejemplares por semana, LIFE más de 8 millones. Poseía además Sports Illustrated y Fortune, revista esta última creada únicamente para los hombres de negocios, tirando en conjunto más de 13 millones. Aparte de esas publicaciones, poseía un departamento editorial que vendía aproximadamente 17 millones de libros por año, cinco emisoras de radio y seis de televisión, fábricas de papel, bosques, explotaciones de petróleo en Texas, etc. Time Inc. ganaba cerca de 15 millones de dólares por año y los ingresos personales de Luce se elevaban a más de un millón y cuarto de dólares. Se hallaba en la cumbre de su éxito cuando murió súbitamente ese mismo año de 1967 a la edad de 69 años.” 

Henry  R. Luce  (1898-1967)
     
Briton Hadden (1898-1929)
     
(Bulfinch Press, 2004)
       
(Lunwerg Editores, 2012)
       Según se pregona en la segunda de forros del volumen: “Los fotógrafos fueron siempre los artífices de la grandeza de LIFE, y este libro reúne lo mejor de su trabajo: 698 de las imágenes más vivas y emocionantes publicadas a lo largo de ocho décadas.” Lo cual es falso, pues LIFE sólo duró 36 años y no 80; y además de que no “reúne lo mejor de su trabajo” (hay que contarlas para saber si en realidad son 698), la selección no se limita a lo publicado en ella, dado que incluye algunas fotos anteriores a su aparición, como es “Fábrica de tractores, Unión Soviética, 1930”, de Margaret Bourke-White; y un buen número de posteriores a su extinción, como es el caso de “Caroline Kennedy, Hyannis, Massachussets, 1986”, de Harry Benson; y el de “Esperma penetrando en un óvulo, Estocolmo, 1990”, de Lennart Nilsson.

Fábrica de tractores, Unión Soviética, 1930
Foto: Margaret Bourke-White
       
Caroline Kennedy, Hyannis, Massachussets, 1986 (detalle)
Foto: Harry Benson
 
Esperma penetrando en un óvulo, Estocolmo, 1990
Foto: Lennart Nilsson
     También se afirma allí que “No faltan escenas dramáticas de la plaza de Tiananmen [datan de 1989 y no hay ninguna foto] y del sur de los Estados Unidos durante el movimiento a favor de los derechos civiles” [de los negros; pero ninguna relativa a los derechos de los inmigrantes hispanos en EU ni de los norteamericanos de origen mexicano]. También se dice que “LIFE contribuyó a construir iconos tales como el de Sophia Loren y Marilyn Monroe, los Beatles y Michael Jackson, esas imágenes también están aquí.” Pero si hay fotos de Sophia Loren, de los Beatles, de Marilyn Monroe y de otras actrices, músicos y cantantes, no hay ninguna de Michael Jackson ni de los Jackson Five. 

   
       
   
John Loengard
        En la página legal figura Robert Sullivan como “Editor”; y, ente otros colaboradores, John Loengard (Nueva York, 1934) en la “Asesoría de edición”, quien hizo la vaga “Introducción” (“La ambición que hay detrás de este libro”), ilustrada con 8 imágenes, y de quien se canta en la tercera de forros: “John Loengard es un veterano fotógrafo de LIFE y archivero de la ilustre historia de la revista. En 2004 recibió de Time Inc., el premio Henry Luce por los logros de toda una vida profesional.” Y de él, en las páginas interiores, se observan 10 fotos precedidas por un retrato que en su juventud le hizo Farrell Grehan.

Gordon Parks 

      Luego de tal prólogo sigue la “Rememoración” (“Haber sido fotógrafo de LIFE”) de Gordon Parks, de quien se reza en la tercera de forros: “Gordon Parks (1912-2006) fue uno de los primeros fotógrafos de LIFE, y se encuentra entre los más estimados de todos los tiempos. Fue también un elogiado poeta, realizador cinematográfico y compositor, que publicó varios libros, incluido el celebrado Half Past Autumn.” Y de él, en el interior, se observan 10 fotos y un retrato de autor anónimo.


       
     Vale subrayar que la antología de fotos en blanco y negro y en color que compila el volumen es excelente, de lo mejor, con imágenes soberbias e impresionantes, o muy bellas o dolorosamente dramáticas; y que muchas de ellas, además de un valor icónico, grabado en la memoria colectiva de la aldea global, tienen un valor documental e histórico dado que remiten y se circunscriben a consabidos personajes históricos y/o a hechos históricos precisos. Y en conjunto son un reflejo de lo mucho que el género humano tiene de grandioso y creativo, pero también de predador, megalómano, intolerante, bélico, genocida y destructor. Es así que “Los fotógrafos”, la sección central, compila imágenes de “88 de los 90 fotógrafos que pertenecieron a la plantilla de LIFE, y de otros 11 que mantuvieron una relación especial con la revista”. Es decir, son 99 fotógrafos antologados, de los cuales 6 son mujeres y sólo 2 son negros. Cada selección de cada fotógrafo está precedida por una brevísima semblanza biográfica y por un retrato alusivo a su personalidad. Lo lamentable, no obstante, es que a veces tales retratos en blanco y negro, por ser muy pequeños, son poco legibles. Pero más deplorable son las fotos distribuidas en dos páginas, pues así están fracturadas y por ende se limita y dificulta su observación. A todo ello se añade el útil e incompleto índice onomástico que lo cierra.
 
Desfile con motivo del 50ª de la 19ª Enmienda que dio
el derecho de voto a las mujeres, Nueva York, 1970.
Foto: John Olson
       
Peter Norman, Tommie Smith y John Carlos, 
Olimpiada de México, 1968.
Foto: John Dominis
        En el contexto del devenir de los derechos civiles de la mujer (una foto de John Olson documenta una manifestación “con motivo del 50ª de la 19ª Enmienda que dio el derecho de voto a las mujeres, Nueva York, 1970”) y de la virulenta discriminación racial en los multiculturales EU (en una foto de John Dominis, por ejemplo, tomada en la “Olimpiada de México, 1968”, los medallistas de raza negra: Tommie Smith y John Carlos, bajan la cabeza al oír el Himno Nacional de los EU y alzan un brazo con el puño cerrado y con un guante negro, símbolo del Black Power), no deja de ser elocuente ni significativo que únicamente 6 mujeres figuren entre los 99 fotógrafos seleccionados: Margaret Bourke-White (1904-1971), Marie Hansen (c. 1918-1969), Martha Holmes (1923-2006), Lisa Larsen (1925-1959), Nina Leen (c. 1914-1995) y Hansel Mieth (1909-1998). Y que sólo 2 sean negros: además de Gordon Parks, John Shearer (1947), que fue su discípulo. En este sentido, en la foto en gran angular de William J. Sumits: “Fotógrafos de plantilla de LIFE, 1960”, se ven a 35 hombres blancos, 2 mujeres blancas y un solo negro: Gordon Parks, en cuya selección de fotos se transluce su particularidad racial, aludida en el bosquejo biográfico que la precede: “Hay algo poderoso dentro de un hombre que lo lleva a superar ser el más joven de 15 hermanos, criado en Kansas en la pobreza; algo que le permite vencer las crueles barreras implantadas por una sociedad racista; algo que le permite no solo sobrevivir sino alcanzar la maestría en todo cuanto emprendió. Poeta y pianista, compositor de música clásica y alguien que estaba en su elemento con el blues. Esto le permitió realizar la hermosa película biográfica Leadbelly [...] No sólo fue el primer negro que hizo todas esas cosas, sino que ningún hombre sería capaz de hacerlas todas y de hacerlas bien.” Y más aún, el mismo Gordon Parks, cuyo apellido evoca a la celebérrima luchadora de los derechos civiles Rosa Parks (1913-2005), la refiere al inicio de su remembranza: “Para mí, la época era difícil. América estaba pesadamente envuelta en un torbellino racial. Yo era negro y me encontré en la situación de ser el primer fotógrafo de color situado en la cabecera de la revista más prestigiosa del mundo. Admito que me preguntaba cómo iban a aceptar mi presencia mis compañeros de trabajo. Las dudas y las inquietudes duraron poco. Desde la primera semana pareció como si la plantilla entera me tendiera una mano grande y cordial. Era como si hubieran estado esperando mi llegada para que dirigiera mi cámara hacia cosas y lugares que no habían sido gratos a la cámara: hacia el delito, la pobreza, las guerras de bandas en las grandes ciudades. También estaban las casas de moda más famosas del mundo, en París, Nueva York y Londres. Tras mi violento bautismo de fuego, fui enviado a captar los temas más almibarados. Yo era un fotógrafo de LIFE. Era tiempo de regocijo.”

Martin Luther King y Rosa Parks
         
Shirley MacLaine y su hija Sachi Parker, 1959.
Foto: Allan Grant
   
Elizabeth Taylor, 1948.
Foto: Philippe Halsman
     
Alfred Hitchcock, 1963.
Foto: Philippe Halsman
     
Picasso en el taller de cerámica Madoura, Vallauris, Francia, 1949.
Foto Gjon Mili
       
Día de la victoria sobre Japón, Times Square, Nueva York, 1945.
Foto: Alfred Eisenstaedt
    En contraste con las dramáticas fotos que documentan los estragos de la Segunda Guerra Mundial, de la Guerra de Corea y de la Guerra de Vietnam, descuellan los retratos de las diosas del cine: Jane Fonda, Marilyn Monroe, Barbra Streisand, Shirley MacLaine, Elizabeth Taylor, Gina Lollobrigida, Suzy Parker, Natalie Wood, etcétera. Pero también las icónicas y supraconocidas: Alfred Hitchcock posando con tres cuervos: uno en cada brazo y otro sobre la cabeza, en una imagen a color, de 1963, de Philippe Halsman. O Pablo Picasso dibujando un toro en el aire con la luz de una linterna, que es una de las fotos más famosas de Gjon Mili, datada “en el taller de cerámica Madoura, Vallauris, Francia, 1949”. O la que ilustra la portada: el marino gringo besando una enfermera, de Alfred Eisenstaedt, cuyo pie reza: “Día de la victoria sobre Japón, Times Square, Nueva York, 1945.” Lo cual remite a la rendición de Japón declarada el 15 de agosto de 1945 y por ende a las previas masacres atómicas sucedidas en Hiroshima y Nagasaki. Imagen compaginada, en el interior, con un fragmento donde habla el fotógrafo y que a la letra dice: “A la derecha: La Foto. ‘Había miles de personas pululando, en las calles laterales y por todas partes. Se besaban unas a otras... Y también había un marino que corría, agarraba a todo el mundo, ¿sabe?, y repartía besos. Eché a correr delante de él porque llevaba unas cámaras Leica colgadas del cuello, enfocadas desde 3 metros a infinito. Uno no tenía más que disparar... Ni siquiera supe lo que estaba sucediendo, hasta que él agarró algo blanco. Y allí me quedé y ellos se besaron. Y disparé cinco veces.’”


       
     
   
La Piedad de Miguel Ángel
     
Una mujer bañando a su hija, víctima del envenenamiento
por mercurio, Minamata, Japón, 1971.
Foto: William Eugene Smith
      Vale reiterar que la revista LIFE privilegió la foto y el reportaje fotográfico (en su citado libro, Gisèle Freund bosqueja el modo en que LIFE trabajó, ejemplificando con el número destinado a documentar las históricas exequias de Winston Churchill); y que el sentido de la crónica narrada con imágenes adquiere mayor amplitud y consonancias con los pies de foto y con los comentarios informativos que las acompañan. Un ejemplo es “Una mujer bañando a su hija, víctima del envenenamiento por mercurio, Minamata, Japón, 1971”, foto en blanco y negro de William Eugene Smith, compaginada con un fragmento que reza: “Se ha llamado la Pietà del fotoperiodismo [evoca o parafrasea a la Piedad del Vaticano, escultura en mármol de Miguel Ángel]. En 1971, Smith y su esposa, la fotógrafa Aileen Mioko, se mudaron a la aldea japonesa de Minamata, donde vivieron tres años. Este enclave pesquero de la costa se vio asolado por la enfermedad después de que una empresa química vertiera mercurio en el agua, lo que contaminó gran parte de la dieta local. Aquí, Tomoko Uemura, que nació ciega, muda y con los miembros deformes, es bañada por su madre. Muchos consideran esta como la primera fotografía que despertó la conciencia del mundo ante el daño ecológico.”

(Lunwerg Editores, 2012)
Contraportada


Robert Sullivan y otros, LIFE. Los grandes fotógrafos. Iconografía a color y en blanco y negro. Traducción del inglés al español de Vicente Villacampa. Lunwerg Editores. China, 2012. 608 pp.