La chica alfa en la vida de todos
I de VII
Gone Girl, la tercera novela de la norteamericana Gillian Flynn (Kansas City, Missouri, febrero 24 de 1971), apareció en inglés, en 2012, publicada en Nueva York por Crown Publishers, y muy pronto se convirtió en un alharaquiento bets seller publicitado y canonizado por The New York Times, lo que derivó en su homónima adaptación al cine (con guión de la narradora, pero realizado con no muy buena fortuna), cuyo estreno, bajo la dirección de David Fincher, ocurrió el 3 de octubre de 2014. Traducida al español por Óscar Palmer con el título de Perdida, Random House en 2013 la editó en Barcelona y en “septiembre de 2014” publicó la “Primera edición en México en formato Debolsillo”, con una “nota final” de Rodrigo Fresán. David Fincher, Gillian Flynn y Ben Affleck |
Gillian Flynn |
II de VII
En “Chico pierde chica”, la primera parte de la novela, en lo que concierne a la vertiente que narra la cotidianidad de Nick Dunne, el tiempo avanza hasta el séptimo día de la desaparición de Amy, cuyo matrimonio, repleto de crisis y contradicciones, no era óptimo ni feliz. La policía, encabezada por los detectives Rhonda Boney y Jim Gilpin, inicia las pesquisas y los interrogatorios de lo que a priori parece un secuestro con violencia, que quizá implique el asesinato. Y por ello el escenario del crimen, que es la enorme casa (con apariencia de onerosa McMansión) que los Dunne rentaron junto al río Mississippi, es precintada y tomada por los investigadores y peritos. Nick se refugia en casa de Margo, su hermana melliza a la que llama Go y con quien comparte el manejo de El Bar, negocio montado con 80 mil dólares prestados por Amy, a quien se tiene por niña rica, hija de Marybeth y Rand Elliot, un par de amorosos y viejos psicólogos infantiles que a cuatro manos han escrito, durante más de 25 años, una serie de populares libros para niños sobre La asombrosa Amy, cuyo idealizado y retocado modelo es la Amy de carne y hueso, y con cuyas ganancias fincaron la mal administrada y volátil burbuja de su fortuna (poseen una “restaurada casa construida en 1822” y de regalo de bodas les dieron, a Amy y a Nick, una extravagante “casa marrón en Brooklyn”, “justo frente al puente, con la gran vista de Manhattan en pantalla panorámica”).Margo Dunne, la detective Rhonda Boney, Nick Dunne y Amy Dunne (Carrie Conn, Kim Dickens, Ben Affleck y Rosamund Pike) Fotograma de Perdida (2014) |
III de VII
En lo que respecta a la vertiente que a Amy Elliot Dunne le corresponde en “Chico pierde chica”, la primera parte de la obra, se leen páginas del supuesto diario personal de ella (sólo hasta la segunda parte de la novela se sabrá, el décimo día de la desaparición de Amy, que Nick desconocía su existencia y que es un diario matizado, equívoco y mentiroso, inventado para incriminarlo a partir de episodios verdaderos), con entradas que comprenden siete años, que van del “8 de enero de 2005”, el día que Amy y Nick se conocieron en una fiesta de escritores en Brooklyn, hasta el “26 de junio de 2012”, 9 días antes de que se celebre el quinto aniversario de su boda y de que ella desaparezca. Ese día anotó cantarina:“Y entonces, alguien aparte de mí lo supo y me entró el pánico.
“Cuando regresé a casa, tuve dos pensamientos.
“Uno: La semana que viene es nuestro aniversario. Utilizaré las pistas como cartas de amor, las cuales conducirán a Nick hasta una hermosa cuna de madera, una antigüedad. Le convenceré de que debemos estar juntos. Como familia.
“Dos: Ojalá hubiera podido hacerme con esa pistola.
“[...]
“No puedo evitarlo. Nick se casó conmigo cuando era una mujer joven, rica y hermosa; ahora soy una mujer pobre y desempleada que se encuentra más cerca de los cuarenta que de los treinta. He dejado de ser hermosa, ahora soy hermosa para mi edad.
“[...]
“No voy a abortar. El bebé cumple hoy seis semanas en mi vientre, tiene el tamaño de una lenteja y está formando ojos, pulmones y orejas.
“[...]
“Qué afortunada soy, este es mi marido, este hombre será el padre de mis hijos. Seremos todos tan felices.
“Pero puede que me equivoque, puede que me equivoque de cabo a rabo. Porque a veces... ¿cuándo veo la manera en que me mira? ¿Aquel dulce muchacho de la playa, el hombre de mis sueños, el padre mi hijo? Lo sorprendo observándome con ojos atentos, los ojos puramente calculadores de un insecto, y pienso: ‘Este hombre podría matarme’.
“Así que si encuentras esto y estoy muerta, en fin...
“Lo siento, eso no ha tenido gracia.”
IV de VII
Lo más revelador y trascendente de “Chico conoce chica”, la segunda parte de la novela, es la vertiente que corresponde a Amy Elliot Dunne (que va del día de su desaparición a 40 días después), pues en ella el lector accede a los íntimos códigos y entretelones de su idiosincrasia y funcionamiento mental, al trasfondo de su psicótico, malvado, celoso y vengativo pensamiento, a su perverso y lascivo imaginario, a los resquicios de su obscena e insolente labia de energúmeno rapaz, a su cuestionable inmoralidad delictiva y de baja estofa, y en general a su nauseabunda personalidad megalómana, egocéntrica y competitiva, carente de empatía hacia el otro y por ende se vale de las mentiras, de las puñaladas traperas, de las trampas, del quebrantamiento de las normas, del delito, y del frío y planificado castigo y asesinato para lograr sus propósitos y fines. Ella, asidua lectora de crímenes reales, es la supuesta “chica alfa en la vida de todos”, un modelo de hipocresía y autodeificación a la que siempre le gusta ganar, cueste lo que cueste (utilizando mil y un engaños y triquiñuelas e incluso dañándose físicamente a sí misma), maquillada y camuflada en su facha de guapetona y rubia mosquita muerta que no mata una mosca ni muerde un plátano. Porque ella no desapareció por ningún motivo violento, nadie la secuestró ni tocó, nadie la utilizaba sexualmente, nadie la amenazó de muerte, nadie quería matarla, nadie la embarazó, sino que, por celos y venganza, decidió desaparecer y suicidarse (planeó su ahogo en las aguas del Golfo de México) con el obsesivo y maniático objetivo de “Joder a Nick Dunne”, de castigarlo, de exhibirlo públicamente y judicialmente matarlo, pues el tontorrón de Nick, ante el oprobio y el rechazo social, sería sentenciado a la pena de muerte (“Missouri tiene la pena de muerte”), acusado y juzgado de asesinarla embarazada, sólo por el simple, común y vulgar hecho (que ameritaría el resentido y beligerante pero civilizado divorcio) de que en abril de 2011 descubrió que lo engañaba con una joven a quien de “puta” o “putilla” no la baja. Y aquí vale subrayar y recalcar que su odio y resentimiento no se restringe a Nick Dunne y a Andie Hardy, sino que también desdeña y menosprecia hasta las heces y la saciedad a sus propios padres (quienes ignoran qué tipo de sociópata y hez de la canalla es su hija) y en general a todo lo que camine, se le atraviese, respire o se mueva sobre la faz de la tierra. Amy Elliot Dunne con su gato Bleecker (Rosamund Pike) Fotograma de Perdida (2014) |
Nick Dunne con el cadáver de Amy Elliot Dunne (Ben Affleck y Rosamund Pike) Imagen publicitaria de Perdida (2014) |
Desi Collings (Neil Patrick Harris) Fotograma de Perdida (2014) |
La periodista Sharon Schieber entrevista a Nick Dunne (Sela Ward y Ben Affleck) Fotograma de Perdida (2014) |
V de VII
La vertiente alterna que a Nick Dunne le corresponde en “Chico conoce chica”, la segunda parte de la novela, inicia con el séptimo día de la desaparición de Amy Elliot Dunne, cuando él, siguiendo la cuarta y última pista de “la caza del tesoro” (cuyos sitios, además, son lugares en los que Nick tuvo sexo con Andie Hardy), descubre, en el cobertizo de la casa de su hermana Margo, los costosos objetos comprados con las tarjetas de crédito a su nombre (que él no promovió ni adquirió) y varias cajas con películas porno, embrollo que es parte del detallista, envilecido y obseso puzle urdido por su cónyuge para incriminarlo ante la policía. Y concluye a los 33 días de la desaparición de ella, cuando los detectives Rhonda Boney y Jim Gilpin se presentan en su McMansión, junto a Tanner Bolt, el neoyorquino y reputado abogado de Nick, para oficialmente detenerlo por el asesinato de su esposa embarazada, pues hasta entonces le muestran la presunta “arma del crimen” “dentro de una bolsa de pruebas”. Se trata de “un largo y grueso garrote con delicadas estrías para apoyar los dedos”, hallado cerca del río Mississippi y de su casa, al cual le encontraron “rastros de sangre de Amy”, y que es el mango que le faltaba a Judy, una de las tres marionetas antiguas que su cónyuge le dejó de críptico regalo, por su quinto aniversario de bodas, dentro de una rutilante caja oculta en el susodicho cobertizo. Cuyo abstruso significado en clave, adjunto a una carta, Nick desentrañó el séptimo día de la desaparición de Amy, auxiliado por su hermana Go consultando internet y que en resumidas cuentas, quiere decir, le dice: “no querías que quedase embarazada, montaste en cólera y los mataste tanto a ella como al bebé nonato.”Margo Dunne y el abogado Tanner Bolt (Carrie Coon y Tyler Perry) Fotograma de Perdida (2014) |
VI de VII
La vertiente que a Nick Dunne le corresponde en “Chico recupera chica (o viceversa)”, la tercera y última parte de la novela, inicia el 14 de agosto de 2012, que es el cuarentavo día de la desaparición de Amy, día que Nick, en espera del juicio, es puesto en libertad bajo fianza, luego de haber pasado 7 días preso, acusado del asesinato de su mujer embarazada. Y es, además, el rimbombante y sonoro día en que Amy regresa a la MacMansión ante la sorpresa y la alharaca de la prensa y de los equipos de televisión apostados en el jardín. Según narra Nick:“Amy Elliot Dunne, de pie y descalza frente a mi puerta con un fino vestido rosa que se pegaba a ella como si estuviera mojado. Los tobillos marcados por redondeles morados. De una muñeca débil colgaba un pedazo de alambre. Llevaba el pelo corto y abierto por las puntas, como si hubiera sido cortado descuidadamente con unas tijeras romas. Tenía el rostro contusionado, los labios hinchados. Estaba sollozando.
“Cuando tendió los brazos hacia mí, me di cuenta de que tenía la parte central del vestido manchado con sangre seca. Intentó hablar; abrió la boca una vez, dos, en silencio, como una sirena varada.
“—¡Nick! —gritó al fin, con un alarido que resonó contra todas las casas vacías, y cayó a mis brazos.
“Quise matarla.”
Amy Elliot Dunne regresando a su casa en North Carthage (Rosamund Pike) Fotograma de Perdida (2014) |
Según Nick —quien en un pasaje dice admirar la inteligencia de Amy para joderlo y en otro apunta que están hechos el uno para el otro (una encubierta y tenue variante del esquema de la Venus de las Pieles y el esclavo urdido por Leopold von Masoch en el siglo XIX), va a vencer y a liberarse de la maldita y odiosa Amy narrado la verdadera versión de los hechos en un libro que escribe en su laptop y que titula Zorra psicótica (incluso ella, el día de su regreso, desnudos en la bañera y con el ruido del agua corriendo para que posibles micrófonos ocultos no graben su voz, le susurra en la oreja los pormenores del asesinato de Desi Collings). Pero a las “Veinte semanas tras el regreso”, que es el capítulo con que concluye la vertiente que a Nick Dunne le corresponde en la tercera y última parte de la novela, ella le revela que está embarazada. Al oír la noticia, Nick no le cree porque no la ha tocado “desde su regreso” y por ende la arrastra hasta el consultorio de un médico donde confirman el embarazo. Y entonces evoca que cierta vez dejó sobre la mesa el aviso de que su semen, “en algún congelador hospitalario”, iba a ser destruido y colige que ella, semejante a otros casos,” guardó su semen. “Sólo por si acaso.”
Esto signa la derrota y el sometimiento de Nick Dunne. Destruye, coaccionado por ella y el embarazo, el archivo de la Zorra psicótica que terminó ese día y se desmarca de las reuniones que él, con su hermana Margo y con la detective Rhonda Boney, subrepticiamente hacían para hallar alguna prueba que incriminara y desenmascarara a la repugnante Amy, y se entrega, servil y perrunamente, a procurar el embarazo de su esposa, ansioso de que su hijo nazca.
Amy Elliot Dunne en la bañera (Rosamund Pike) Fotograma de Perdida (2014) |
VII de VII
La vertiente que a Amy Elliot Dunne le corresponde en “Chico recupera chica (o viceversa)”, la tercera y última parte de la novela, inicia con la cínica y colorida reseña que ella hace del maltrato y las deplorables condiciones físicas con que regresa el cuarentavo día de su desaparición; cómo engaña al médico que la revisa con la detective Rhonda Boney al lado y el modo en que la policía hallará el cuerpo desangrado y asesinado de Desi Collings —escena que ella fría y calculadamente urdió, montó y maquilló—; cómo regresó a su casa manejando el Jaguar de Desi; y cómo le miente a los detectives que en la comisaría le toman su declaración. Y concluye el 4 de julio de 2013, un día antes de que nazca su hijo y de que se celebre el primer aniversario de su desaparición. Pero Amy lo narra de un modo no menos amoral, descarado, sardónico, celebratorio, autoapoteósico y megalómano, luego indicarle al lector —sabiendo que ella y Nick no se aman en esa pestífera y patética red e interdependencia— que se pueden leer “más reflexiones” suyas sobre el amor “en Asombrosa. ¡Muy pronto a la venta!”, que es el libro donde ella cuenta las minucias de “su Asombrosa historia” y presunto secuestro. Así que a manera de preludio del bosquejo de su dominio y domesticación de Nick, el esclavo, apunta:Amy Elliot Dunne y Nick Dunne (Rosamund Pike y Ben Affleck) Fotograma de Perdida (2014) |
“Nick ha dedicado todas sus horas libres de estos últimos meses a untarme el vientre con aceite de coco, a salir corriendo en busca de pepinillos y a darme masajes en los pies; todas las cosas que los buenos futuros padres deberían hacer. En resumen, a consentirme. Está aprendiendo a amarme de manera incondicional, siempre bajo mis condiciones. Creo que finalmente vamos camino de la felicidad. Al fin lo veo todo claro.
“Estamos en la víspera de convertirnos en la mejor y más deslumbrante familia nuclear del mundo.
“Solo debemos ser capaces de sostenerlo. Nick aún no lo tiene del todo perfeccionado. Esta mañana me estaba acariciando el pelo y preguntándome si podía hacer alguna otra cosa por mí y le he dicho:
“—Caray, Nick, ¿por qué eres tan maravilloso conmigo?
“Se suponía que debía responder: ‘Te lo mereces. Te quiero’.
“Pero ha respondido:
“—Porque me das lástima.
“—¿Por qué?
“—Porque cada mañana tienes que despertarte y ser tú.”
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Enlace a un trailer de Perdida (2014), película dirigida por David Fincher, basada en la novela homónima de Gillian Flynn.
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